Los hosteleros reclaman a la Xunta “más tiempo” para poder implantar los protocolos del Nuevo Plan de Hostelería Segura, que marcaba la obligación de cumplir con los requisitos en un plazo de 15 días que finaliza el 1 de octubre. La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña señala que hay “preocupación” en el sector, que solicita “ampliar este plazo y que se simplifiquen las medidas todo lo posible” . Responsables de bares y restaurantes se quejan de que “toda España está desescalando” mientras que en Galicia se siguen tomando “medidas más restrictivas”. “Lo que queremos es coherencia”, apunta el portavoz de la plataforma Shostalaría, Pedro Otero.

Dentro de este nuevo plan, hay aspectos que todavía confunden a los hosteleros. Se han establecido dos niveles en función de las medidas que se tomen, y esto permite tener más o menos aforo en interior y exterior. Uno de esos requisitos es facilitar al personal cursos de formación en protocolos COVID. “Desconocemos cómo se van a realizar. Se acerca la fecha y no sabemos nada”, lamenta Cañete. A preguntas de la prensa, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, informó que la Dirección Xeral de Saúde Pública “ya tiene preparado todo el material online”. También hay la posibilidad de convalidar los contenidos de entidades que impartan estos cursos, que deben ser evaluados por el comité de salud pública. “Después de un año y medio de pandemia nos dicen que hay que hacer un curso de algo que llevamos haciendo todo este tiempo”, denuncian desde Shostalaría. El hostelero Pedro Villarino, de A Cova Céltica, entiende que “eso se tendría que haber hecho el año pasado, no ahora”. “Hay comunidades que están abriendo la hostelería totalmente. ¿Nosotros nos vamos a quedar a la cola?”, se pregunta.

Otra aspecto que el sector no tiene claro y que ralentiza la implantación de los protocolos es la adaptación del plan de contingencia de cada empresa al COVID-19. “Tiene una complejidad excesiva”, se queja Cañete, que explica que esta norma se “pide un plano detallado de cada local”. “Es innecesario dentro del marco de desescalada general actual. Mucha gente mayor no sabe cómo hacerlo ni a quién pedirlo. La gente quiere trabajar con normalidad”, añade.

Para la Plataforma Galega en Defensa da Hostalaría, la situación es “grave, surrealista y esperpéntica”. Critica el “endurecimiento real de las restricciones” y el “desembolso económico” que conlleva poder adaptarse a las nuevas medidas, que incluyen ofrecer FPP2 a los trabajadores, la posibilidad de hacerse test de detección del coronavirus o contar con un medidor de CO2 en el local. “Cuando negociamos con la Xunta lo de los medidores, nos dijeron que los sencillos valían, pero ahora tienen que permitir llevar un registro. Necesitamos saber si valen o hay que cambiar. Son pequeños detalles, pero por eso hay que prorrogar el plazo”, expone el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, que opina que “no tiene sentido que en Madrid haya macrobotellones y aquí estas medidas”.

Los establecimientos que deseen optar al máximo aforo previsto por ahora deberán contar con distancias de 1,5 metros entre los consumidores, mientras que en el nivel 1 o básico esta separación deberá guardarse entre las mesas. En el nivel 2 o voluntario, podrá consumirse en la barra, aunque solo de forma individual o, como mucho, de dos en dos personas siempre que sean convivientes. Estos negocios tendrán que contar con un medidor de CO2 continuo, con la recomendación de incorporar actuadores que hagan saltar de forma automática el aire acondicionado cuando se supere determinado nivel. Deberán facilitar al personal cuatro horas de formación en protocolos COVID y los restaurantes tendrán que contar con un registro de clientes.

En La Barbería, su responsable, Xabi Barral, ha optado por “seguir como hasta ahora”, lo que le lleva al nivel 1. “La hostelería sigue siendo el único sector señalado a septiembre de 2021. Es una discriminación”, dice. Villarino señala, además, que “la barra, al hostelero no le saca de nada” y mucho menos en locales pequeños. Barral apuesta también por “recuperar los horarios habituales”, defiende el uso de la mascarilla y la distancia entre clientes, pero no entiende por qué continúan algunas limitaciones.