Francisco Lafuente es tío de Diego Bello, el joven coruñés que murió abatido por la Policía en su casa de Filipinas, donde vivía y tenía varios negocios, en enero de 2020. Los agentes lo acusaron de traficar con drogas y sacar un arma, pero su familia siempre lo negó y sostuvo que había sido un asesinato. Tras más de año y medio presionando para conseguir que se investigase el caso, en septiembre la Justicia filipina ha presentado cargos criminales contra tres agentes por asesinato, perjurio, fabricación de pruebas falsas y violación de la legislación de armas.

¿Cómo evalúan la noticia?

Para nosotros es una satisfacción muy grande que alguien en Filipinas empiece a tomarse en serio el tema y reconozca lo que decimos: que Diego fue asesinado, que se falsificaron pruebas, que se le acusó falsamente de narcotráfico. La Fiscalía dice que los policías mintieron. Intentaremos que la sentencia no los exima, algo que podría pasar tal como está la Justicia allí. Va a ser un proceso largo, de años, y no sabemos qué va a pasar, pero es un avance muy grande que se inicie.

Han pasado cerca de dos años desde la muerte.

Evidentemente, hubiéramos querido estar en el día de hoy ya al día siguiente de que lo asesinaran. Hemos intentado por todos los medios llegar a este punto: un proceso en el que sea la Justicia la que decida, no la Policía. Esta etapa va a significa mucho trabajo. El Gobierno nos ha dicho que nos personemos en el caso, y lo vamos a hacer. Tendremos que contratar a un bufete de abogados en Filipinas, con fuerza como para poder enfrentarse al Gobierno y a la Policía, no va a ser un proceso barato.

¿Cómo lo financiarán?

Hemos registrado la marca de ropa que tenía Diego, Mamon, y hemos puesto a la venta camisetas, bolsas. Para pagar el proceso judicial y para conseguir que el nombre de Diego siga siendo recordado. Se pueden adquirir en instagram.com/mamonsurfco. También venderemos lotería [se informa sobre esta y sobre la ropa en el correo justicefordiego@gmail.com], y hemos registrado la asociación Justicia para Diego ante la Xunta para canalizar las actividades a través de ella.

Se investiga a tres policías, un capitán y dos sargentos. ¿Son todos los que participaron en la muerte?

El capitán es el organizador. Dirigió la operación, y firmó el atestado policial en el que se acusa a Diego de ser narcotraficante. Entiendo que estuvo presente en la muerte. Los otros dos no aparecen en el atestado policial, donde salen otros dos nombres. Se deduce que había ocho o diez policías. Pero el capitán es la clave del asunto, lo demás es gente que él llamó.

El juicio por Diego Bello se añade a otras revisiones de muertes durante la guerra contra las drogas del presidente Duterte, criticado por sus violaciones de derechos humanos.

En Filipinas hay elecciones presidenciales el año que viene, y Duterte tiene que dejar la presidencia por ley. En mi opinión, esto tiene que ver con cómo la comunidad internacional está acusando a Filipinas. Acaban de darle el premio Nobel de la Paz a una periodista que denuncia violaciones de derechos humanos. El país abandonó la Corte Penal Internacional en 2019, pero ya desde 2016 hubo asesinatos de los que tiene que responder. La Unión Europea amenazó varias veces con solicitar una investigación, y la Comisión de Derechos Humanos filipina está denunciando las muertes. El Gobierno reconoce que ha matado a más de 6.000 personas; más de 20.000, según Amnistía Internacional ¿Qué hace el Gobierno? Intentar lavarse la cara, investigando cosas de hace años. No es que hayan cambiado de criterios.

El secretario de Justicia filipino señaló que intensificó la investigación después de que el embajador español le hablase del caso de Diego y de su repercusión aquí.

Creo que el Gobierno español ha hecho todo lo que ha podido, dentro de que Filipinas se considera amigo y estratégico a nivel económico. Hay muchos intereses. Por un lado está la denuncia de la comunidad internacional, con un español muerto por la Policía sin proceso judicial, y por otro los intereses comerciales. En todo caso, estamos muy agradecidos. Hubo momentos en que no entendíamos la dilación, o queríamos que se hiciese más fuerza, pero entendemos que hubo una implicación importante.