La Policía Nacional ha tenido que intervenir al menos tres veces en las madrugadas de la pasada semana a consecuencia de sendos robos en establecimientos de hostelería de la ciudad. El local Árnica, en la Ciudad Vieja, fue el último objetivo de los ladrones, en la madrugada del sábado al domingo. Los asaltantes se llevaron la caja registradora después de acceder al lugar destrozando la puerta.

Los responsables del negocio terminaron de trabajar y cerraron el recinto sobre las dos de la madrugada, cuenta su propietaria. Una hora y media después la mujer recibió la llamada de un vecino del barrio que al regresar a su domicilio descubrió que la entrada al café estaba totalmente rota. Una vez en el interior, la dueña se encontró con que lo único que se llevó el ladrón (o los ladrones) fue la caja registradora con la recaudación del día, que fue literalmente arrancada del lugar en el que estaba instalada. El asalto fue denunciado a la Policía Nacional.

El 091 registró otra denuncia por hechos similares la madrugada anterior. Dos ladrones entraron en el local La Cantina, en la glorieta de América, del que se llevaron dinero y también la caja registradora. En este establecimiento se había producido otro robo dos días antes y la propietaria sospecha que puede tratarse de las mismas personas. En el segundo de los robos, los asaltantes se escondieron en la cocina, situada en un nivel superior del local, y salieron del lugar cuando se marcharon los agentes de la Policía Nacional que habían acudido a la cafetería tras el aviso de la alarma para comprobar lo ocurrido y registrar la denuncia. La dueña del local y un familiar trataron de impedir que se marcharan y llegaron a agarrar de un brazo a uno de los hombres, que empleó una palanca de metal para soltarse y golpeó a la mujer y a su acompañante, que sufrieron lesiones en las manos y las muñecas. Esta pasada semana los ladrones también entraron en el Ayó Pasta Bar, de la zona de San Andrés, llevándose mil euros y causando múltiples destrozos.

Incendio bajo el Domus

Los bomberos se desplazaron ayer por la tarde al paseo marítimo a la altura de la Domus para sofocar un fuego que se produjo en los soportales inferiores en la zona de rocas junto al mar. Emplearon 500 litros de agua para apagar las llamas originadas en mantas y colchones situados en una zona donde algunas personas pasan la noche y en la que también se citan grupos de jóvenes.