Cuentan las viejas crónicas que una vez hubo un río llamado Monelos que atravesó la ciudad. Algunos, incluso, conservan fotografías en blanco y negro que acreditan su existencia. Muchos coruñeses, en cambio, la ignoran por completo. Aunque la cuenca fue modificando su trazado desde el siglo XVIII, su sentencia fue el desarrollismo de los años 60. A Coruña crecía y el río empezó a ser un problema. La solución fue ocultarlo por tramos: medio siglo más tarde, en el centro de la ciudad no existe ni un solo tramo a cielo abierto del río, que hace parte, bajo el alcantarillado, de la red de saneamiento.

El proyecto MonRiverR, Monelos River Revival, financiado por la fundación Alcoa, busca acabar con este soterramiento literal y metafórico y traer a la memoria de los ciudadanos un patrimonio mayormente desconocido. “Si no conoces algo, no puedes amarlo. Cuando amas algo intentas protegerlo y defenderlo. ese sentimiento de pertenencia al patrimonio cultural e histórico es lo que estamos intentando identificar”, cuenta la investigadora del proyecto e ingeniera de Caminos, Canales y Puertos, Amal Nnechachi.

Originalmente, el río formó parte activamente de la vida de los ciudadanos. Con el tiempo, fue alejándose de la vecindad; hasta el punto de que sus únicos tramos a cielo abierto se reducen a unos pocos reductos en zonas apartadas de O Martinete. Ahora, con sus afluentes pavimentados, cada vez son más los que, por nostalgia o por compromiso, ciudadanos y administraciones, abogan por recuperarlo.

Tramos a cielo abierto del río Monelos | La Opinión

El proyecto, impulsado por el Laboratorio de Ingeniería Cartográfica (CartoLAB), el Grupo de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (GEAMA) y el Centro de Innovación Tecnológica en Edificación e Ingeniería Civil (CITEEC), utiliza varias herramientas para servir a su propósito de recuperar el río Monelos como espacio de interés social: por un lado, la investigación científica. Por otro, la implicación ciudadana. El interés por el río, soterrado durante años al igual que su caudal, ha revivido en los últimos años. Gran parte de responsabilidad la tienen proyectos como la película documental Esquece Monelos, de Ángeles Huerta, que puso el foco en la importancia de traer a la memoria estos lugares naturales que el desarrollo imparable se tragó.

“A parte del trabajo técnico para proporcionar soluciones para su recuperación, tenemos un proyecto de divulgación que en un origen iba a ser una parte más. Vimos que era necesario hacerlo durante todo el proceso, porque tiene mucha importancia. Los ciudadanos se han implicado en darnos información, recuerdos, propuestas, y no queremos dejarlos de lado”, aduce Nnechachi.

Tramos a cielo abierto que quedan del río Monelos. | // LA OPINIÓN

Las posibles soluciones se debaten en jornadas como la celebrada esta semana al amparo del departamento de Ingeniería Civil de la UDC, titulada La implicación ciudadana en la restauración de ríos urbanos y que dibuja conclusiones diversas en función de sus objetivos. “Primero hay que conocer su historia y su trazado, hacer un modelo hidráulico del río, modelizarlo y ver las zonas de inundabilidad. Luego, promover soluciones por tramos. Hay tramos en los que podemos plantear soluciones a largo plazo, otras a medio y otras a corto”, propone la investigadora. Pese a que hay zonas en las que recuperar el río es misión imposible “sin tirar el centro de la ciudad”, puede haber puntos de consenso que recuerden la importancia del patrimonio que un día tuvimos. Algunos tramos, explica, podrían volver a ver la luz de nuevo. En otros, la única acción viable es dejar constancia de su existencia.

“Cualquier manifestación dentro de la ciudad que nos recuerde a eso, nos vale para recuperar ese río y hacer un cambio cultural para que no le vuelva a pasar a otro en otra ubicación”, propone. Desde aquella A Coruña que soterró su río por tramos a la que ahora reivindica que reviva de nuevo ha habido un cambio sustancial en lo que a modelo de ciudad se refiere. Una voluntad que es esencial para llevar a cabo este tipo de procesos. “Hay grupos de ciudadanos que que lo quieren recuperar, que ponen fotos antiguas cada vez que sale el tema. Si lees la prensa antigua, se hablaba de que el río era un problema, que había que taparlo. Ahora ciudadanía echa en falta tener un espacio con agua dentro de la ciudad”, reflexiona.