La UNED de A Coruña vio ayer en el BOE como, tras año y medio, Intervención del Estado emitía un informe favorable sin salvedades de sus cuentas anuales de 2019, pero a la vez le reprendía por la gestión de la contabilidad que sirvió de base para realizar la auditoría. Para Intervención, el hecho de que las cuentas estén firmadas por José Juan Pantín Vázquez como jefe de contabilidad, es “una circunstancia que no es veraz”, ya que “no es un trabajador o funcionario perteneciente a la estructura organizativa del Consorcio”. Un incumplimiento que considera “trascendente” e “inasumible” tras cinco años de auditorías en el centro.

A juicio de los responsables del Estado, esta situación es “la manifestación de la debilidad de la estructura administrativa” de la UNED de A Coruña, algo que genera “incidencias en la gestión de la contabilidad y en la elaboración de los estados contables”. Estas deficiencias, con el condicionante de haberse producido durante la pandemia, han obligado en la entidad supervisora a “una dedicación de recursos y esfuerzos que no se corresponde con la importancia económica de un centro como el auditado (UNED A Coruña)” tras una primera “emisión de las cuentas y dos auditorías” que prolongaron el proceso un año y medio después de la subsanación de las salvedades. El órgano censura la situación creada y que no se “haya reforzado la estructura administrativa” del centro “con un funcionario especializado”.

“No tenemos manos. Estamos en una operatividad mínima”. Germán Carro Fernández, director del centro desde 2015, es el primero que admite lo que apunta el BOE, pero justifica la situación por la imposibilidad de contratar personal desde 2013 por la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Una vía intermedia es que algunas de las entidades que también forman parte del Patronato de la UNED, como la Xunta y los concellos de A Coruña y Ferrol, faciliten temporalmente el asesoramiento de un funcionario con capacitación o del propio Interventor, como ocurre en Ourense, según revela Carro Fernández. El director ha reclamado que le faciliten ayuda, de una u otra forma, y no ha encontrado receptividad en las administraciones. “Soy el primero que lo pido. Necesitamos personal sí o sí y cualificado, pero mientras tanto, la situación es precaria”, apunta de un centro, que cuenta con 13.000 alumnos, 133 tutores y 14 personas en el personal de administración.