La poetisa Lúa Mosquetera (Miño, 1988), autora de dos poemarios, combina su labor como escritora con la participación en las competiciones Slam Poetry (representará este año a Galicia en la final española) y conciertos en los que recita su obra acompañada por música en vivo. Conocida por su versos reivindicativos y feministas, hoy sábado 30 de octubre dará un espectáculo de este tipo en la sala Mardi Gras a las 19.00 horas, junto con el guitarrista Pablo Seijas.

¿Cómo es el recital?

Diferente a lo que suelo hacer normalmente, pues me suele acompañar un guitarrista con una pedalera y es un formato más electrónico, con más efectos. Este es un formato acústico, más íntimo. Hay algún poema en el que Pablo también canta. La obra es toda mía, con composiciones hechas por Pablo ex profeso.

¿Los poemas son de su último libro, Aunque seas rara y seas pájaro, o se han hecho a propósito para esta función?

Hay de las dos cosas, pero la mayoría son poemas inéditos.

¿Por qué decidió hacer este formato y no cantar?

Porque no canto muy bien... No, es broma, no canto mal tampoco. Fue casualidad: cuando publiqué mi primer libro, en 2018, me llamaron para hacer un recital con varios poetas, y descubrí que era una experiencia que conseguía llegar a la gente de forma mucho más directa. La gente que igual no se anima a leer el libro se acerca y te dice: “Me ha emocionado, me ha llegado”. Me pareció que funcionaba y es una relación tan directa con el lector que cómo no aprovecharla. Me parecía que iba a resultar un poco coñazo, pero funcionó muy bien. Mucha gente llega a un recital mío por primera vez y se compra después el libro; hace el proceso que naturalmente sería a la inversa.

Participó en más de un Slam Poetry de Santiago y ganó la de esta edición. Ahora irá a la final nacional en Zaragoza. ¿Le gusta el formato?

Sí. Como poeta, siempre rechazaba el tema de los recitales, aunque parezca mentira. Me parecía que alejaban a la gente de la poesía. El típico recital con una persona leyendo un poema de un libro es aburrido. Las Slams acerca la poesía a la cultura urbana, se acercan al rap. Ahí no hago un recitado, sino un spoken word, con una dinámica más moderna. Hay gente que va a las Slam o que viene a mis recitales que nunca lee poesía, pero esta es una experiencia más amable. Sentí que ese era el sitio para la poesía y la acerca a cualquier tipo de persona.

¿Plantea sus obras de manera distinta si son para un poemario, un concierto o una competición?

Sí. Hay dos vertientes completamente distintas: la pensada para ser impresa y la pensada para ser recitada. Hay poemas que ganan tanto en escrito como recitados, pero en general no. Los poemas que hago para recitar suelen tener una función social, más de corte feminista o de ese tipo, y pierden valor a la hora de estar escritos, pues no tienen un trabajo elaborado a nivel literario como los que escribo para ser leídos.

¿Qué le lleva a hacer poesía reivindicativa o de denuncia?

Me encasillan un poco en poeta feminista, que bendito encasillamiento, pero a veces me limita un poco. Mi poesía es cotidiana, escribo del día a día, y desgraciadamente las reivindicaciones están presentes de manera continua. Utilizo la poesía como arma, pero lo único que hago es contar la verdad. Lo que pasa es que a veces la verdad incomoda. Pero esa es la parte reivindicativa: decir la verdad.

¿Viene de esa cotidianidad emplear un lenguaje a veces crudo?

En la poesía recitada intento que sea más directa, y aparte huyo del elitismo que rodea la poesía a nivel de lenguaje y temáticas. Creo que hay poesía en todas partes y se puede escribir sobre cualquier cosa. Con el lenguaje más burdo, plano y banal se puede hacer poesía.

Empezó a escribir poesía hace pocos años.

Sí. Estudié Filoloxía Galega porque desde pequeña me gustaba mucho la literatura, pero siempre escribí narrativa. Tengo que confesar que no leo mucha poesía, incluso ahora. Llegué a ella casi por casualidad, y lo pongo de ejemplo para que pruebe a hacer cosas fuera de su zona de confort. Yo estoy viviendo de eso y nunca me lo hubiese planteado.

Trabaja en una novela.

Sí, en una novela en castellano basada en los diarios de mi madre y también en poemario en gallego, que estoy acabando.

¿En qué idioma se siente más cómoda, castellano o gallego?

Tengo una diatriba entre ambos. Mi obra está escrita fundamentalmente en castellano porque es mi lengua materna, y pienso en castellano. Pero intento llevar una línea también en gallego por convicción y por una labor cultural que también creo que es necesaria.

¿Cómo es el proceso de promocionarse como poeta en redes sociales, en el siglo XXI?

En general es positivo. Tengo 10.600 seguidores en Instagram, que son bastantes, y comentan mucho. Sí que es cierto que una escritora como yo, que escribe sobre sus cosas de forma abierta y sincera, tiene su parte arriesgada. Ahora todos estamos expuestos en redes sociales, pero yo un poco más, y recibes algún mensaje que no te apetece escuchar. Pero eso también fortalece.