Las obras de rehabilitación de la sede de la Real Academia Galega todavía no tienen licencia de obra ya que, según fuentes municipales, la promotora no ha presentado el proyecto de ejecución definitivo, sin el cual no se puede conceder el permiso para que comiencen las actuaciones.

Las obras recibieron en un primer momento la valoración negativa de la comisión que se encarga de velar por el cumplimiento del Plan Especial de Protección Especial de Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y de Pescadería. La comisión condicionó su aprobación a que se hiciesen unos cambios en el proyecto. Según fuentes municipales, la comisión requirió que se eliminase una caja del ascensor, que sobresalía, y que se cambiase el material de la cubierta para que fuese de zinc. Tras estas modificaciones, en el mes de julio, la comisión del Pepri dio el visto bueno a la ejecución de las obras, aunque estas todavía carecen de licencia, ya que, según informaron fuentes municipales a este diario, no se ha presentado el proyecto definitivo.

Los trabajos están previstos para finales del primer trimestre del próximo año y, para ello, es preciso trasladar los fondos tanto de la Real Academia Galega como de la Casa-Museo Emilia Pardo Bazán, ya que el número 11 de la calle Tabernas es la sede de las dos instituciones.

El presidente de la Real Academia, Víctor Freixanes, explicó a este diario que, lo que había empezado como un examen para arreglar el sistema de calefacción, unas goteras y humedades destapó la necesidad de hacer una obra más importante, ya que los técnicos detectaron “riesgo de derrumbamiento parcial” en algunas zonas del inmueble.

El borrador de los Presupuestos Generales del Estado prevé la inversión de 2,15 millones de euros en la reforma de este edificio desde este mismo año hasta 2025. La entidad se enfrenta ahora a la negociación para el traslado y la custodia de sus fondos mientras duren las obras. El interlocutor principal, según adelantó Freixanes, será el Concello de A Coruña, aunque no descarta tener que solicitar ayuda a otras entidades.

La Real Academia Galega aseguró a este diario que todavía no hay novedades en el traslado de los fondos, ya que la institución no ha llegado a ningún acuerdo para seguir ofreciendo sus servicios durante las obras. La Academia considera que es importante que sus fondos se queden en la ciudad y que no se vayan a otras localidades.

Esta actuación en el número 11 de la calle Tabernas obligará a mover por primera vez en 42 años el legado de Emilia Pardo Bazán. Fue en 1972 cuando se inauguró la Casa-Museo que rinde homenaje a la escritora en el que fue su hogar y en el que se conserva su biblioteca y también sus muebles.