Los 105 pasajeros del avión que esta mañana fue inspeccionado por la Guardia Civil tras una amenaza de bomba vivieron con tranquilidad general las dos horas y media que pasaron en el aeropuerto de A Coruña mientras los agentes revisaban el aparato y sus equipajes. "Pasamos el tiempo con tranquilidad y resignación. Piensas que esto pasa en las películas y en Nueva York", admitía en la terminal un viajero, natural de Bilbao, camino de un taxi hacia la ciudad. Junto al resto de pasaje, salió del avión y pasó unos veinte minutos en la pista, "a tres grados, con mucho frío", antes de que la Guardia Civil dirigiese a los viajeros a una sala del aeropuerto. Otros usuarios procedentes del mismo vuelo, el V7 3538 Bilbao-A Coruña operado por Volotea, comentaron a los periodistas que vivieron la experiencia con tranquilidad.

Otra pasajera admitió no sentirse nerviosa pero sí mostró "sorpresa" por el operativo desplegado por las fuerzas de seguridad. "Me pareció algo impurdente que, si se trata de un aviso de bomba, nos dejasen ir a por nuestro equipaje al avión. Si sospechan que dentro hay una bomba tendríamos que alejarnos. Me pareció raro", confesó una mujer del País Vasco. "En ningún momento la gente ha estado nerviosa. Igual es que se actuó más bien para que no pasáramos miedo. La Guardia Civil también actuó con mucha tranquilidad. Para mí no fue un susto, fue una molestia", añadió.

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El aeropuerto de A Coruña activa su plan de emergencia al aterrizar con un aviso de bomba que resultó ser falsa alarma Carlos Pardellas

Al aterrizar el avión en Alvedro, se le pidió a los pasajeros que abandonaran el aparato por filas y se dirigiesen a la pista, donde esperaron unos veinte minutos sin saber qué ocurría. Tras preguntar a los agentes de la Guardia Civil, conocieron que habían sido retenidos en la pista por un aviso de bomba y se les pidió que recogieran sus pertenencias del avión para dejarlas en la pista. A continuación fueron movilizados a la terminal, donde se les dio un café y un bollo, y se les permitió regresar después a la pista a por sus bultos de equipajes.

Alrededor de las 10.00 horas, el grueso de pasajeros accedió a la terminal hacia sus destinos. La mayoría lo hizo apresuradamente; alguno fue recibido por amigos o familiares. Minutos después la Guardia Civil ha confirmado a las 10.05 que la incidencia se ha dado por finalizada una vez confirmado que se trataba de una falsa alarma.