Para Inés Pintor, que es cocreadora de El tiempo que te doy —una miniserie de Netflix protagonizada por Nadia de Santiago y escrita a seis manos entre ellas dos y Pablo Santidrián—, el hecho de que su proyecto se consuma casi de un tirón, porque son diez capítulos de once minutos cada uno es “normal”, porque el público la entiende como una película, que tiene un largo proceso detrás pero, para la audiencia, se acaba en dos horas. “Es un formato nuevo y, si lo has disfrutado, es que ha funcionado, aunque lo veas de una tacada o a ratos”, relata la directora coruñesa.

El formato lo lanzó la plataforma “para probar”, aunque el año pasado ya había empezado a generar contenido parecidos, como las historias cortas de Élite. “Quisieron apostar por este formato para ver cómo funcionaba porque el consumo de producciones audiovisuales ahora lo hacemos en los lugares más insospechados, en el metro o en el bus”, explica Pintor.

El reto, entonces, era aprovechar esos once minutos y decidieron jugar con el tiempo, así que, cada uno de los capítulos tiene una parte de presente y otra de recuerdo y, en cada entrega, el presente le va ganando un minuto a la historia de amor pasada entre Lina, interpretada por Nadia de Santiago, y Nico, a quien encarna Álvaro Cervantes.

“Yo creo que ese es el gran acierto de la serie, darle una vuelta de tuerca más para hacerlo más interesante y se cumple porque Pablo Santidrián y yo fuimos superfieles a la idea y, en montaje, no nos pasamos ni un segundo ni nos quedamos cortos. Cuando es un minuto de recuerdo y diez de presente, son uno y diez, ni un segundo más ni uno menos. Nos parecía que, si la idea era tan chula, teníamos que llevarla hasta el final, aunque nos costase trabajo”, reconoce Pintor.

Esa limitación temporal derivó en que en el rodaje se diesen de bruces con que, por ejemplo, un capítulo era un minuto más corto de lo que habían pensado y se tenían que poner a escribir a toda prisa material para completar la historia. “Había capítulos que, cuando empezamos el montaje los teníamos en veinte minutos y teníamos que darle mucho a la imaginación para poder dejarlo en once”, recuerda Inés Pintor, que no puede hablar sobre si habrá o no segunda parte, ya que es la plataforma la que tiene que decidir si la historia de Lina y de Nico puede tener continuidad. “A nivel creativo sí que podría y hay muchísimas opciones para poder continuarla”, explica la cocreadora de El tiempo que te doy.

Pintor reconoce que no es muy común en el sector audiovisual que, como le pasó a ellos, venga una plataforma a ofrecerles un proyecto creativo de estas características. “Habían visto un cortometraje que habíamos hecho por el 25 de noviembre, que es el día en contra de la violencia hacia la mujer, y que habíamos hecho en colaboración con Cosmo Televisión y les gustó mucho. Vieron que llevábamos mucho años haciendo cortometrajes y nos pidieron que les propusiésemos una idea para hacer una serie con este formato y fue cuando creamos El tiempo que te doy, no es una idea que tuviésemos de antes”, recuerda Pintor, que asegura que, si se está bien atento, en uno de los capítulos se puede percibir un guiño a Galicia.

Con la propuesta de Netflix encima de la mesa, Inés Pintor, Pablo Santidrián y Nadia de Santiago se pusieron a crear esta historia de amor, que arranca en el presente con una discusión muy fuerte en el que deciden terminar su relación de nueve años. Era diciembre de 2019 cuando presentaron la idea y, cuando se pusieron a escribir ya había cambiado el año y, con 2020 llegó el coronavirus y, en marzo, el confinamiento más estricto. Esos meses los dedicaron a escribir y a reunirse por Skype. El final del guion coincidió con el primer levantamiento de las restricciones y fue entonces cuando ya pudieron preparar la preproducción y arrancar el rodaje.

Sobre si el coronavirus modificó la historia o limitó la presencia de personajes para evitar contagios, Pintor asegura que no, que cuando empezaron a escribir, como era “todo tan nuevo”, pensaban que la pandemia se solucionaría “en unas semanas” y confiaban en poder rodar con normalidad.

“Nuestra serie es pequeñita, no tenía un montón de personajes, sí que tenían alguna secuencia que tuvimos que pensar en cómo hacerla para que en realización hubiese menos gente para no arriesgarnos a tener un contagio”, comenta Pintor, que hace hincapié en la importancia de que las mujeres cuenten sus propias historias.

“En el cine y en el sector audiovisual hay una gran desigualdad en el trabajo de la mujer y en su presencia. No hay más que ver las cifras. La mayoría de las películas están escritas, producidas y dirigidas por hombres, ya no es solo la importancia de que haya mujeres creadoras sino que mostremos nuestro imaginario, porque como espectadores estamos acostumbrados al imaginario masculino, incluso cuando hacen historias que objetivamente están pensadas para público femenino. Al final, la representación de estos universos no es real. Que haya dos mujeres de cabeza de equipo ayuda mucho a mostrar una visión femenina más real y más cercana”, comenta Pintor, que resalta también el protagonismo de la música en la serie, por ejemplo, del tema Andar contigo, de Julieta Venegas.

“Los tres creadores tenemos la edad de los protagonistas, tenemos treinta años y esta es una canción que escuchábamos mucho con 18 años, así que, pensamos que, a quien viese la serie también le recordaría a un momento concreto de su vida. Le dimos mucha importancia a la música e intentamos que narrase. Si escuchas las letras, hablan mucho del momento por el que están pasando los personajes”, comenta Pintor, que recomienda a quienes hayan “devorado” la serie que la vuelvan a ver, aunque lo hagan otra vez de un tirón porque descubrirán matices que, seguro, pasaron por alto en el primer visionado, como que una canción que sale en el primer capítulo se repite en el décimo porque está contando algo parecido.

“No hemos hecho nada arbitrariamente, le hemos dedicado mucho tiempo y mucho cariño y es una serie que está llena de pequeños detalles, porque nos gusta eso y porque, si te fijas, se nota, si no te fijas, no, pero lo vas a notar en el resultado general”, reconoce. Para Inés Pintor, haberse criado en A Coruña, ha marcado todos sus proyectos, por eso en su obra predomina el color azul y la presencia del mar. “Creo que ha influido en la poética y en mi manera de transmitir los sentimientos y de contar las cosas”, asume.

El tiempo que te doy está entre las series españolas de Netflix más vistas en las últimas semanas y ha recibido buenas críticas de la audiencia.