Los niños y niñas que viven en la calle de la Merced y alrededores quieren salir a pasear por su barrio y sentir la Navidad. La falta de luces ha revuelto sus cabecitas hasta dar con el plan perfecto. Todo con la ayuda de la educadora social Cristina Blanco. “El año pasado fueron unas Navidades tristes porque no se pudieron celebrar. Hablamos de la decoración y decidimos reciclar material y pedir adornos viejos a los vecinos para colocarlos en los árboles de la calle”, explica Blanco.

A esta idea, que tuvo “muy buena acogida”, se sumó la librería A Tobeira, que cedió su espacio para la elaboración de las decoraciones. “Esto sirve para despertar conciencia y pensar que si colaboramos todos se pueden hacer cosas súper chulas”, comenta la educadora social, que asegura que muchos vecinos del barrio les han mandado “mensajes de cariño y agradecimiento”. Además, se comprometen a recoger toda la decoración cuando finalicen las fiestas. “No queremos que esto genere ningún problema”, avisa”. Todo lo contrario. El objetivo es reciclar, adornar y, por supuesto, divertirse. “Los niños están orgullosos de poder ver sus creaciones en la calle y que la gente les haga fotos”, cuenta Cristina Blanco, que ya piensa en nuevas iniciativas.