El cómic japonés vive uno de sus momentos más dulces en la ciudad en los últimos meses. Responsables de librerías y tiendas especializadas de A Coruña han notado cómo las estanterías destinadas a albergar las series de manga se iban vaciando cada vez con más frecuencia. “Es una locura. Desde la cuarentena, notamos un aumento de público brutal: si antes un viernes venían los cinco grupos de siempre, ahora vienen más de diez”, explica Samanta Ramos, de Metrópolis Cómics.

Los datos respaldan su percepción: según datos extraídos de todostuslibros.com, de los 100 libros más vendidos en España, 20 pertenecen a este género de historietas venidas de Japón para quedarse ya hace unos años. Aunque esta tipología de cómic y todo el universo que la rodea siempre ha contado con un público fiel a su alrededor, las cifras de ventas se han disparado en los últimos tiempos.

Los especialistas tienen claro su diagnóstico: el encierro de la cuarentena de la primavera pasada permitió a los lectores descubrir un universo que antes desconocían, y querer ahondar más en sus secretos. “Lo enfocamos a la cuarentena. Las familias estaban encerradas en casa y optaron por ver anime, y de ahí descubrieron el manga”, juzgan. El anime, la adaptación animada de estos cómics, no es ninguna novedad aquí, pues ya lleva una cantidad considerable de años entre las ficciones más seguidas y favoritas de los televidentes de todas las edades.

No obstante, el género ha vivido su renacimiento y ganado nuevos adeptos después de que algunas de estas ficciones entrasen a formar parte del catálogo de contenidos de las plataformas de vídeo on demand. Ocurre con ficciones como Shingeki no Kyojin (Ataque a los titanes), Haikyu!! , Chainsaw Man (Hombre motosierra) o Naruto. Los capítulos de la adaptación animada dejaban al espectador, por su dinamismo y la corta duración de los episodios, con ganas de más. “En cómic, el más vendido es Tokio Revengers. Teníamos otros que llevaban tiempo parados, como Naruto, en los que no había relevo generacional, que se están volviendo a vender. Es el babyboom del manga”, observa Sanmi, gerente de Alita Cómics.

Sea cual sea la lectura que hay detrás del fenómeno, libreros, clientes y familias coinciden en que esta nueva tendencia es algo muy positivo, y que puede suponer la primera piedra para formar a los lectores del futuro. “Sobre todo, notamos el crecimiento en chavales de 10 a 16 años. Los de 10 a 13 años leen cosas como My hero academy, los mayores prefieren Tokio Revengers o Kimetsu no Yaiba (Guardianes de la noche)”, observa Samanta Ramos, que insiste en que el consumo del género, aunque ha aumentado en niños y preadolescentes, no entiende de edades. “Notamos que hay algún adulto que leía cómic norteamericano que se ha pasado al manga, o incluso a alguno al que le entró la curiosidad por ver las series con sus hijos”, afirma.

Un boom que las librerías agradecen tras una época difícil y que está repercutiendo, además, en el ámbito editorial, en el que han surgido nuevas editoriales y cuyas rotativas trabajan más que nunca para abastecer de stock a las librerías especializadas. “Hay más de 1.000 títulos nuevos, se está editando una barbaridad. Creo que lo que deberíamos hacer los libreros es asociarnos y editar material diferente y especializado. En Francia se hace y funciona. No está al nivel de Francia o Japón, pero está entrando con mucha fuerza”, asegura.

Un hogar de 400 metros para las colecciones de Alita Cómics

“Vivimos una época dulce en el sector. Anima mucho que los chavales estén leyendo y que exista un relevo”. Sanmi, ha visto, a lo largo de los 20 años que lleva tras el mostrador de Alita Cómics, muchos altibajos en lo que a ventas y tendencias se refiere. Ahora, encara una nueva etapa en su negocio cambiando su sede por una de mayores dimensiones para dar cobijo a todas las colecciones que entran y salen de sus estantes. “Estamos mirando para cambiarnos de local para ampliar e incluir la oferta editorial. En manga hay colecciones de 40 o 50 números, hace falta mucho espacio. Somos completistas, vendemos y reponemos”, asegura Sanmi, que ya ultima los preparativos para hacer la mudanza a un enorme local de 400 metros emplazado tan solo (y valga la redundancia) a 400 de distancia de su antiguo local de la ronda de Nelle. “Queremos insistir en que la gente compre en librerías de barrio y físicas. Hay grandes superficies que hacen competencia desleal, cerrando exclusivas con editoriales. Hay títulos que no llegan a las librerías. Hay que apostar por esto”, anima.