“Se está vendiendo bien, sobre todo marisco, pero llevamos uno o dos meses vendiendo mucho, porque la gente empezó a comprar antes para congelar”, explica la presidenta de los subastadores de la lonja, Sonia Revert. La precaución ante la crisis del transporte y otras coyunturas relacionadas con la situación epidemiológica llevó a muchos coruñeses a sumarse a la precaución y adquirir los productos más tradicionales de las mesas navideñas con antelación. “Como se vende bien, llega Navidad y no hay el reventón de ventas de otros años, porque mucha gente fue abasteciéndose entre el COVID y la crisis de transportistas”, señala Revert, que estriba su diagnóstico en un paralelismo con las compras en otros sectores: “Si ya compraste en el black friday, qué vas a comprar en las rebajas?”.

La percepción es similar en los mercados de la ciudad, donde los precios de percebe, centolla, lubrigante, merluza, camarón y otras viandas navideñas han oscilado con respecto a otros años por distintas razones. La merluza se ha encarecido en las últimas semanas , pasando de los 18 euros a los casi 25, debido al corte de los cupos que los barcos pueden extraer; igual que el santiaguiño, que enfrenta sus picos de precio debido al respiro en su la larga veda. “El santiaguiño se cotiza siempre mucho porque solo está abierto dos meses”, explican.

Percebes en un puesto de la plaza de San Agustín. | // VÍCTOR ECHAVE

La centolla y el percebe siguen siendo los productos más demandados por los consumidores. El percebe ronda esta semana precios de entre los 150 y los 200 euros el kilo, un incremento en los precios que las placeras y vendedoras atribuyen a que estos días el producto ha escaseado. “Depende de la marea: hay días que escasea. Tiene días, no es algo continuo, pero está viniendo muy bueno en general”, observan. La centolla es otro de los imprescindibles de la mesa en estos tiempos. “Estamos vendiendo todos los días desde que se abrió la veda”, comentan en el mercado.

Los precios rondan los 30 y los 45 euros; una cuantía estable respecto a años precedentes, y el producto es de los que menos sube. “Se vende muy bien. También el camarón, que se compró mucho para congelar”, cuentan las responsables de Mariscos Maricarmen Parga. “De centolla hay mucha cantidad y está relativamente barata”, corrobora Óscar Perrone, comerciante de la plaza de Lugo, que aprecia, además, que las preferencias de compra de los consumidores han variado sensiblemente en los últimos tiempos, en favor de opciones más económicas. “La gente tira más a lo barato. Llevan más zamburiña, vieira, chipirones, pulpo... El pulpo está a 16 euros, que para ser Navidad, no es muy caro”, observa.

Dos vendedores muestran pescado en el mercado de San Agustín. | // VÍCTOR ECHAVE

De entre todos los productos, el lubrigante es el que más eleva sus precios de venta respecto a las mismas fechas el año pasado: el crustáceo se vende a 75 euros el kilo, un encarecimiento sustancial con respecto a los 55 euros con los que se suele comercializar en vísperas de Nochebuena.

La almeja y la zamburiña, otros de los favoritos del período, también han variado sus precios. “La almeja babosa está más barata que el año pasado, que estaba a 30 y pico euros. Calculo que habrá bajado unos ocho euros”, estima Chus Canicoba desde su puesto de la plaza de Lugo. La cigala, por su parte, sobrepasa los 65 euros en todos los puestos del mercado, y la de mejor calidad asciende hasta los 170, pero generalmente ronda los 75.

“En general, hemos notado un encarecimiento del 20% en casi todo con respecto al año pasado”, resume Belén Noriega, de Mariscos Longueira, que achaca el ligero incremento en el precio de la cigala a su escasez en los últimos tiempos. Los pescados, menos populares en la mesa en estas fechas que los crustáceos y los bivalvos, han replicado la tendencia de los segundos: la lubina está a 25 euros, el rodaballo a 30 y el lenguado a 25.