El Concello ha declarado en ruina el edificio del número 8 de la calle Santa Lucía, abandonado y en mal estado, según informan fuentes municipales. Esta declaración supone la demolición del inmueble, aunque se mantendrá la fachada. El Gobierno local estudia ahora las diferentes opciones que se plantean para el derribo, que podría ejecutarse de forma subsidiaria.

Hace dos meses que los vecinos de la calle Santa Lucía y su entorno, entre Cuatro Caminos y el comienzo de la avenida Alfonso Molina, reclaman al Concello una actuación de urgencia que proporcione seguridad a este edificio, del que a mediados de octubre se desprendió parte de la fachada. Los comerciantes de la zona también demandan algún tipo de intervención que no solo evite nuevos riesgos en la calle, cortada desde entonces al paso de los vehículos, sino que también permita recuperar el tráfico habitual en la calle paralela, la avenida Fernández Latorre, donde se ubican la mayoría de los negocios.

Antes de confirmar la declaración de ruina, el Ayuntamiento intentó que fuesen los propietarios del inmueble los que lo protegiesen. Solo uno de los cuatro propietarios, que posee el 12,5% del inmueble, ha adoptado medidas de seguridad esporádicas ordenadas por el Concello. El dueño mayoritario, con el 43,5% de la propiedad ha alegado“ problemas de salud incapacitantes”; y otros dos suman el 44%, pero nunca han respondido a las notificaciones municipales y tampoco han actuado tras la caída de la parte de la fachada hace más de dos meses.

Hay otra razón por la que tampoco se ha intentado corregir el mal estado del edificio, según explicó el Gobierno local al BNG en la respuesta a una pregunta escrita del pleno: que la propiedad se encuentra en un procedimiento“ de extinción de la división horizontal y posterior subasta” judicial, motivo por el que los dueños no ejecutan correcciones para garantizar la seguridad. La calle permanece cortada y al edificio lo cubre una red.

Con independencia de esta situación, vecinos y comerciantes de la calle Santa Lucía y su entorno se dirigen al Concello. Los primeros denuncian que la situación “viene de lejos”, ya que el edificio lleva más de una década deshabitado y a su alrededor hay problemas de higiene. Los segundos están molestos porque con Santa Lucía cortada, el acceso a Fernández Latorre es complicado para los vehículos. “Como vengas desde Cuatro Caminos no puedes bajar por Santa Lucía porque está inutilizada y tienes que dar la vuelta primero en Ramón de la Sagra, entrar en Alfonso Molina, dar la vuelta en las Pajaritas dos kilómetros más adelante y entrar en Fernández Latorre antes de conectar con Linares Rivas”, explica Óscar Seoane, vicepresidente de los comerciantes de la zona. Unos quince negocios, además de algún bar, se han visto afectados por esta situación en la circulación, que perjudica, apuntan, a quienes se desplazan en coche.