El fin de la pandemia que muchos expertos han empezado a anunciar parece que ya lo tienen interiorizado algunos jóvenes de A Coruña, que ayer volvieron a recuperar las viejas costumbres del vandalismo nocturno. Sobre las dos y media de la madrugada media docena de ellos se empeñaron en tirar abajo un contenedor de ropa de la institución benéfico social Padre Rubinos situado en la Ciudad Vieja y lo lograron, además de generar tal ruido que despertaron a muchos vecinos.

Lo de cantar a coro por las calles de madrugada parece que ya no es costumbre entre la juventud y estos chicos, entre ellos una mujer, se afanaron con seriedad y esfuerzo en arrojar un contenedor en la plazuela de los Ángeles que está destinado a un fin solidario: recoger la ropa que las personas ya no quieren para destinarla, la que está en buen estado, a las personas sin hogar que acuden al albergue social y la que está peor se utiliza como materia prima para convertirlo en hilo y volver a tejer, dándole una segunda vida.