De las universidades gallegas sale un talento que muchas veces no encuentra en casa un amparo para desarrollarse. Cada año, miles de investigadores gallegos se ven obligados, por falta de opciones o por ambición de profundizar en sus campos de estudio, a probar suerte en universidades y centros de investigación extranjeros, con mejores condiciones y un trato más favorable a sus disciplinas. La Reunión de Jóvenes Investigadores en el Extranjero congrega hoy en la Domus a una selección de estas grandes mentes que trabajan desde distintos lugares de Europa para desarrollar sus proyectos de investigación en diversos campos. La jornada se celebrará de 9.30 a 14.30 horas en horario semipresencial, y contará con presentaciones telemáticas y en directo.

La Reunión de Jóvenes Investigadores en el Extranjero congrega hoy una selección de grandes mentes que trabajan desde distintos lugares de Europa para desarrollar sus proyectos de investigación

A lo largo de la mañana se entregarán, además, sendos reconocimientos, como el premio Ángeles Alvariño a la mejor trayectoria profesional, por parte del Concello y los Museos Científicos; el galardón al trabajo presentado con mayor impacto social, que otorga Hijos de Rivera y el premio a la mejor trayectoria profesional a científica joven menor de 30 años, que entrega la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de Galicia.

“Tendrían que cambiar mucho las cosas para poder volver”

La mayor parte de estos investigadores en el extranjero tienen el retorno en sus planes, pero el horizonte es común para casi todos, que coinciden en que tardarán en hacerlo debido a las enormes diferencias de trato y condiciones que hay en el campo de la investigación entre sus países de origen y los de residencia. “Yo me fui porque había muchas más posibilidades de hacer un doctorado donde me pagasen y tuviese un contrato. Me quedé porque las condiciones son bastante mejores que aquí. Incluso en mi caso, que es un instituto público, las condiciones no tienen nada que ver”, relata la investigadora Lorena Boquete, que actualmente desarrolla su trabajo en el Medical Research Council Laboratory of Molecular Biology,, en Cambridge.

"No hay un compromiso de inversión desde el Gobierno ni desde la Xunta. No tienen programas de estabilización de investigadores o de atracción"

Los jóvenes científicos sienten, por lo general, que en otros países europeos “se aprecia más” la labor que realizan los investigadores, que cuenta, en ocasiones, con una inversión y un carácter prioritario impensables en España. “No hay un compromiso de inversión desde el Gobierno ni desde la Xunta. No tienen programas de estabilización de investigadores o de atracción, algo que sí ocurre en Cataluña o el País Vasco”, aprecia Lorena Boquete.

Ángel Nicolás guarda una percepción similar, aunque en su caso no tuvo que salir de España para comprobar que, cuando se invierte en investigación, no hay fuga de cerebros. Es el caso del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, en Madrid, en el que trabaja como investigador. “Aquí es más fácil, porque estos son centros que concentran mucha de la inversión que se hace en ciencia, tanto pública como privada. El equipamiento es caro y se necesitan fondos. Por desgracia, a nivel estatal, no hay muchas bolsas de contratación de científicos, es una tarea pendiente”. Jesús Míguens, por su parte, confiesa que aunque él se fue a continuar con su carrera a Londres por la “ambición” de crecer en su campo, de haber optado por quedarse, tampoco encontraría oportunidades. “Cuando contemplo opciones de futuro, casi ninguna me hace pensar que pueda volver, porque no existe la oportunidad. Tendrían que cambiar mucho las cosas para poder volver”, señala.

Lorena Boquete

“Investigo cómo el sistema inmunitario puede rechazar el cáncer”

Lorena Boquete, oleirense criada en Lugo, reside y trabaja en el Reino Unido desde hace diez años, cuando decidió probar suerte en el campo de la genética tras haber culminado sus estudios en Biología. Ahora desarrolla su actividad en el Medical Research Council Laboratory of Molecular Biology, donde investiga en el campo de la inmuno-oncología. “Se trata de investigar cómo el sistema inmunitario puede pelear y rechazar el cáncer como si fuera un órgano trasplantado”, explica Boquete. El proyecto que presenta hoy en la Domus trata de discernir la manera de lograr que las propias células del cáncer provoquen una respuesta inmunitaria, y sea el propio sistema inmunitario el que se encargue de deshacerse del mal sin necesidad de quimioterapia. “O, en su defecto, que aunque tengas que pasar por quimioterapia sea tu sistema inmunitario el que mate otras células que puedan llevar a metástasis”, señala. Por el momento, su trabajo va dando sus frutos: con cuatro genes candidatos, en 2022 comenzarán a aplicar sus investigaciones en ratones de laboratorio.

Ángel Nicolás

“El corazón puede fallar por problemas en el sistema inmunitario”

Natural de Carballo pero afincado en Madrid desde 2013, Ángel Nicolás, licenciado en Biología y doctor en Biociencias Moleculares, hablará hoy en la Domus sobre el sistema inmunitario como responsable de la pérdida de función cardíaca asociada al envejecimiento; una investigación por la que recogerá, además, el premio que otorga Hijos de Rivera al proyecto con mayor impacto social, que realiza desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de Madrid. “El corazón tiene muchos tipos distintos de células. La principal son los cardiomiocitos, encargados del latido. Descubrimos que los macrófagos, células del sistema inmunitario en el corazón, ayudan a los cardiomiocitos a deshacerse de sus productos de deshecho”, explica. “Cuando algo interfiere con las funciones de limpieza de estas células, el corazón enferma”, un trance que puede estar detrás de muchas patologías cardíacas hasta ahora desconocidas. “El corazón puede fallar por un problema en el sistema inmunitario”, resume.

“Las ecuaciones tienen sus límites, y a veces se rompen”

El pontevedrés Anxo Fariña estudia, desde Cracovia, las particularidades de la Física y sus ecuaciones a la hora de comprender el mundo. “La Física tiene una serie de ecuaciones, la de la gravedad, la de los fluidos, las ecuaciones para predecir el clima... lo que yo hago es estudiar lo que pasa cuando se rompen esas ecuaciones”, explica. Su trabajo se centra en estudiar las singularidades que hacen que una herramienta de predicción, como es la ecuación, deje de servir a su propósito. “La ecuación de la gravedad de Einstein predice cómo se curva el espacio tiempo cuando tienes materia, pero en algún momento se produce una singularidad, que es el agujero negro. Si el espacio tiempo se curva mucho, las ecuaciones no son capaces de predecir una curvatura tan grande”, señala. Fariña estudia los límites que hacen que esas ecuaciones, que no dejan de ser algo diseñado por la obra humana, se rompan, con el objetivo de perfeccionar esas herramientas de cara a mejorar el proceso e ir al siguiente nivel. “Cada ecuación es una herramienta para predecir el futuro, la evolución del mundo. Las herramientas tienen sus límites y a veces se rompen. Yo estudio cómo se forman esas singularidades”, apunta.

Alba Vieites L.O.

“Investigo el potencial plástico del cerebro en adultos”

Nacida en Cambados y especializada en Neurociencias, Alba Vieites estudia el cerebro desde 2018 en el París Brain Institute. “Allí recibí una beca Marie Curie para estudiar el potencial plástico del cerebro durante la edad adulta”, explica. Vieites investiga cómo cambia la distribución de la actividad neuronal en el cerebro, así como la conectividad entre áreas cerebrales cuando cambia, de forma permanente, la experiencia sensorial. “Trabajo con técnicas novedosas, como la transparentización de tejidos o la imagen 3D con microscopía lightsheet, que permiten estudiar el cerebro completo de los roedores con resolución subcelular”, añade la investigadora, que explica que conocer el grado de plasticidad del cerebro adulto es esencial para entender su capacidad de respuesta a daños o a enfermedades degenerativas, con el fin de diseñar tratamientos que palien estas dolencias. Su objetivo, a su vuelta, que ve todavía lejana, es traer a España esas técnicas novedosas que aplica en su trabajo, con el fin de realizar aquí investigaciones aplicadas. “Estas técnicas van a cambiar la forma de trabajar en Neurociencia”, asegura.

Jesús Míguens


“La microbiota juega un rol fundamental en la salud”

Jesús Míguens cambió su Vilagarcía natal por el Imperial College de Londres, donde investiga el papel que la microbiota, los microorganismos que se localizan en el cuerpo humano, juega en la salud de las personas. “Hay certezas de que estos microorganismos juegan un rol fundamental en la salud. Estudiamos posibles terapias para modificar esos microorganismos. Hay casos probados en infecciones que eran resistentes a antibióticos, y con las que son efectivas terapias experimentales con transplantes fecales de un donante saludable”, ejemplifica. Míguens expondrá hoy los resultados de sus investigaciones en pacientes con enfermedades crónicas inflamatorias, como artritis, u otras relacionadas con el sistema digestivo. “Intentamos ver si esto puede modificar otras enfermedades. Muchos de los receptores de nuestro sistema inmune están en el trato digestivo, y muchas veces lo que comemos nos afecta en forma de alergias, y cambian nuestras reacciones del sistema inmunitario”, indica. Su trabajo estudia la manera en la que estas reacciones se pueden orientar a efectos positivos si se modifica la composición de estos microorganismos.