Por la lonja de A Coruña pasaron el año pasado más de 28.100 toneladas de pescado y marisco, de acuerdo con los datos provisionales de la Consellería do Mar. Es una cantidad importante, el volumen más alto de todas las lonjas gallegas, pero aún así supone la cantidad más baja desde el año 2008. Pero, debido al alza de precios del pescado y a que sobre todo disminuyeron las descargas de las especies más baratas, el precio medio del kilogramo subastado ha alcanzado también su récord desde ese año: un total de 2,3 euros. Desde el estallido de la anterior crisis, había oscilado entre los 1,65 y los 2,08.

En comparación con 2020, la masa de capturas bajó un 9,1%, pues el primer año del COVID el material que pasó por el mercado de producto fresco se acercó a las 31.000 toneladas. Pero la facturación subió un 7%, desde los 60,3 hasta los 64,5 millones de euros. Según explica el subdirector de la lonja, Torcuato Teixeira, los cambios entre un año y otro se debieron sobre todo al descenso de capturas en especies de peces pelágicos (de aguas medias o cercanas a la superficie), los que más se subastan en A Coruña, y que se debieron a los comportamientos “cíclicos” de sus poblaciones.

Así, en 2020 la especie más frecuente en la lonja coruñesa fue el jurel, con casi 9.600 toneladas. Este año las capturas cayeron a menos de la mitad, no por el descenso de la demanda o las cuotas, sino porque algunos años hay “gran abundancia” y otros, como el pasado, los bancos no se acercan por las aguas coruñesas. Como es una especie barata, que siempre se sitúa por debajo de la media de las transacciones, su ausencia aumentó el importe medio.

El repunte de precios, y el aumento de las capturas de otras especies, no ha conseguido paliar la caída del volumen de negocio. Salvando 2020, para llegar a cifras más bajas que las del año pasado año hay que remontarse a 2004. Los datos muestran cómo ha ido cambiando el modelo de negocio en A Coruña. Entre 2005 y 2008 la lonja tuvo facturaciones muy altas, entre casi 79 y 89,8 millones de euros anuales, aunque las capturas eran menores que ahora: esto se debía a los elevados precios medios que se alcanzaban.

A partir del estallido de la crisis, las capturas se incrementaron, y pasaron a estar en torno a las 40.000 toneladas anuales (con picos en 2014 y 2017 en los que se llegaron a las 49.300 y a las 47.500 toneladas, respectivamente). Pero la facturación siguió en torno a los 80 millones de euros, pues el modelo de negocio se basó en gran medida en especies baratas. A datos del último año, Vigo y Burela superan a A Coruña en facturación total, pese a que manejen menos volumen. El precio medio por kilo osciló en ambos casos en torno a los 3,5 euros el kilo.

En 2019 las capturas cayeron por debajo de las 33.800 toneladas, y desde entonces el mercado ha disminuido. “No sabríamos decir cuánto, pero las limitaciones en la restauración han restringido la demanda” explica Teixeira.

A esto se une, según señala el subdirector de la lonja, la “reconversión brutal” que ha sufrido la flota. “Las flotas de 2008 o 2010 no tienen nada que ver con las de ahora” explica Teixeira “y eso hace que las lonjas se resientan”. No cree que el proceso sea reversible, sino que los barcos “son los que son y no van a aumentar”: los desguaces subvencionados con fondos europeos implican reducción del tonelaje, lo que hace que “la cantidad de producto sea cada vez más limitada”.

Tampoco ayudan, añade, los recortes de cuotas para este año: las toneladas de bacaladilla o lirio que se pueden capturar caerán un 19%, mientras que la cuota de merluza descenderá un 8,2% y la de caballa lo hará un 6,7% adicional en relación a 2021.

Segunda mayor alza de precio

Pero Teixeira ve motivos para el optimismo para el futuro del mercado. Uno de ellos es que “tenemos un precio medio que va in crescendo”. En comparación con las demás principales lonjas gallegas (Vigo, Burela, Celeiro y Ribeira), A Coruña es la segunda que tuvo un mayor incremento en este parámetro el año pasado, con un 17,9%. La superó Ribeira, con un 21,7%, pero el precio medio sigue siendo menor que en A Coruña, apenas de 1,68 euros el kilo.

Las capturas disminuyeron el doble que en la ciudad, un 18,6%, y cayó, si bien muy poco, la facturación. “No me gusta compararme con otras lonjas” afirma el subdirector de la lonja “pero somos de las que mejor estamos aguantando. Si vemos Ribeira, la otra grande de la provincia de A Coruña, hemos bajado menos en tonelaje y aumentado la facturación”.

En Vigo, la lonja más próxima a A Coruña en cuanto a tonelaje, el precio medio por kilo aumentó un 9,7%, pero las capturas cayeron un 18%, el doble que en A Coruña. Mientras que en el mercado coruñés aumentaba la facturación, en el vigués bajó un 10%. En Celeiro los precios subieron un 7%, pero las capturas cayeron un 9,1%, y el volumen de compraventas un 2,5%. En cuanto a Burela, es la única que consiguió un mayor crecimiento de la facturación en que el de A Coruña, del 10,5%, pero el precio medio subió algo menos, un 12,5%.

Teixeira considera que, aparte de las oscilaciones de los tipos de especies que se capturan, el aumento de los precios se debe a que la lonja congrega a “más de 800 compradores”, lo que hace que “todas las especies que se sacan a subasta acaben colocadas y vendidas: somos la primera lonja de España en pesca fresca”. Esto, y que “según los armadores hay pocas tan buenas como esta en cuanto a servicios como gestión de cajas, hace que sea muy atractiva y atraiga un abanico de especies variadas y diversas, aparte de ser premium en marisco”.

Teixeira también confía en otro factor de revalorización: que la calidad del producto “es cada vez mayor”. Para revalorizarlo, la lonja ha iniciado el año pasado el sello de calidad Peixe da Lonxa da Coruña, que ya han solicitado obtener decenas de distribuidores y restaurantes.

Se triplica la pota y se doblan el pulpo y la sardina

La lonja coruñesa vivió en 2021 un incremento de los principales moluscos que pasan por este mercado. La pota o lula, que en 2020 ya se había situado entre las principales especies con unas 417 toneladas, se triplicó hasta suponer unas 1.530. Según señala el subdirector del mercado, Torcuato Teixeira, “nunca había habido tanta” a la venta en A Coruña. El pulpo pasó de unos 156.000 kilogramos durante el primero año del coronavirus a 333.000 el año pasado, prácticamente el doble. La sardina vivió un aumento equiparable, al pasar de unas 1.200 toneladas a superar las 2.800. Durante el año pasado también se registró un importante incremento en la bacaladilla o lirio, que pasó de suponer 4.200 toneladas en 2020 a más de 6.350 el año pasado. Debido al desplome de las capturas de jurel y el descenso más moderado de la merluza, pasó de ser la primera especie por volumen en la lonja a la tercera. La xarda o caballa bajó de algo más de 2.000 toneladas a menos de 1.600 el año pasado. Se espera que haya un nuevo descenso debido al recorte de la cuota pesquera.