Los concesionarios de automóviles de toda España, apoyados en los datos del sector y en los proporcionados por la Dirección General de Tráfico (DGT), trabajan hoy con esta proporción comercial: de cada diez clientes, seis compran un vehículo que consume diésel o gasolina, tres adquieren un híbrido (tanto enchufable como no enchufable) y uno se decanta por un coche eléctrico. El parque automovilístico de A Coruña ofrece al terminar noviembre de 2021 —última fecha con datos de la DGT— un reparto que equilibra el peso de los turismos alimentados con diésel y con gasolina, 60.186 frente a 53.182, y deja en apenas el 0,2% el protagonismo de los eléctricos. Solo circulan por la ciudad en la actualidad 213 coches de este tipo.

Los turismos eléctricos solo representan el 0,2% del parque móvil de la ciudad, donde circulan 213 | HUGO BARREIRO

El porcentaje es muy bajo y revela que a la movilidad sostenible le cuesta asentarse entre los conductores coruñeses; al menos los vehículos eléctricos, no tanto los híbridos, aquellos que combinan un motor térmico que necesita gasolina con un motor eléctrico. No obstante, los 213 turismos que funcionan exclusivamente con energía eléctrica almacenada en una batería fueron el año pasado 80 más que el año anterior y 130 más que en 2019. Hace una década, en 2012, solo circulaba un coche eléctrico por las calles de la ciudad, de acuerdo con las estadísticas de los parques de automóviles municipales de la DGT.

Los concesionarios prevén que el incremento paulatino de los coches eléctricos en las ciudades y carreteras será más notable en los próximos años, a medida que se implanten las normativas anticontaminación vinculadas a la transición energética y a la descarbonización, aunque advierten que mientras este proceso no se acelere y sea tan evidente la población seguirá siendo reticente al cambio.

“Lo que más pesa a día de hoy es el desconocimiento por el producto y el miedo a una tecnología nueva”, constata Marcos Díaz Molk, gerente de Grupo Dimolk, cuyo parque de vehículos en sus sedes en la provincia de A Coruña tiene Nissan, Peugeot, camiones Isuzu y diversas marcas de coches de ocasión. “Lo comparo a cuando salieron al mercado los primeros smartphones que no tenían teclas. Nadie podía pensar que un teléfono sin teclas iba a triunfar, y mire dónde estamos ahora. Cambiar de coche cuesta más porque es una compra mucho más importante en la vida de una persona. Pero lo principal es que el cliente pruebe el vehículo y vea si es posible cambiar su percepción inicial. Los clientes de coche eléctrico que tenemos están encantados con el ahorro en combustible y por el confort acústico de no escuchar el motor”, explica.

Cristina Liñares, gerente de Corgal, que comercializa la marca KIA en A Coruña, Ferrol y Carballo, apunta que sube el interés por los vehículos eléctricos y la difusión de información, pero a la hora de decidirse todavía no se produce un verdadero aumento de compradores que renuncien a la gasolina o el diésel. “Entre los inconvenientes que se encuentran”, señala Liñares, está “la falta de una red pública de cargadores de batería de coches eléctricos y de ventajas a su movilidad en las ciudades”. “Aunque hay una reducción del impuesto municipal de rodaje, en A Coruña por ejemplo, al contrario que en otras ciudades, los eléctricos no pueden aparcar gratis en plazas de ORA o de residentes, zonas donde hay más sensibilidad ecológica”, comenta.

El perfil de cliente está cambiando en las concesionarias, aseguran los profesionales del sector, y a eso ayuda en parte el apoyo administrativo a través de iniciativas como el plan Moves del Estado, con ayudas de hasta 7.000 euros, o la campaña Renove de la Xunta, de hasta 4.000 euros. “Cada día se pasa más de tecnologías de combustión a tecnologías híbridas enchufables, y el cliente que lo tiene muy claro ya pasa directamente al coche 100% eléctrico”, señala Díaz Molk. Liñares concreta: “Los que llamamos techis, la gente a la que le gusta mucho la tecnología, son más tendentes a cambiar de modelo. Son clientes como taxistas o comerciales que hacen una comparativa seria de gastos por la cantidad de kilómetros que recorren semanalmente. O particulares que los fines de semana se desplazan a sus viviendas unifamiliares lejos de la ciudad. Aunque hoy es más caro un coche eléctrico, entre 2.000 y 3.000 euros según el equipamiento, a largo plazo se ahorra”.

La evolución del parque coruñés de automóviles en los últimos diez años muestra que la compra de turismos con diésel ha experimentado una ligera caída, del 4,1% en este periodo, mientras que los coches de gasolina han crecido también levemente, un 3,2%. En esta categoría las estadísticas oficiales incluyen los vehículos híbridos, por lo que no todos los 53.182 que circulan en la ciudad tienen solo motor de combustión.

Liñares y Díaz confirman que el vehículo híbrido “lo compra cada vez más gente”, sobre todo el híbrido de gasolina eléctrico. “No depende de un cargador y supone un importante ahorro de gasolina porque la potencia eléctrica aumenta el rendimiento del motor”, apunta la gerente de Corgal. “Sin duda, en los próximos cinco años veremos un vuelco hacia tecnologías enchufables, sobre todo porque el cliente dispone de ayudas a la compra de estas tecnologías, e incluso a la puesta en marcha de paneles solares en viviendas, que ayudan a ser más independiente energéticamente. Ese es el futuro, una movilidad sostenible ecológicamente, y además mucho más confortable en la conducción”, sentencia el gerente de Grupo Molk.

Próximos puntos de recarga

En Galicia hay muy pocas electrolineras para recargar las baterías de coches eléctricos, circunstancia que no alienta a cambiar de modelo de vehículo. Fuentes municipales indican que funcionan solo tres puntos de recarga exclusivos para vehículos municipales en Agrela, Cuatro Caminos y la estación de autobuses, aunque añaden que el Concello trabaja en la contratación de instalación y gestión de nuevos puntos de recarga para coches, motos y patinetes eléctricos.