En julio de 2021 inició su actividad la Cátedra Vegalsa-Eroski de la Universidade da Coruña, que desarrolla su labor en el campo del compromiso social, la comunicación y la reputación corporativa. Seis meses más tarde, la directora de la cátedra, la profesora Carmen Costa, considera que esta iniciativa era necesaria debido a la importancia de la comunicación para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible y la Agenda 2030.

¿Cuál fue la razón de crear esta cátedra?

La confluencia que yo tenía en la cabeza sobre un proyecto que pusiera el foco en la comunicación al servicio de la sociedad con la sensibilidad que hay en las capas directivas de Vegalsa-Eroski, que le dan mucha importancia a la comunicación y a la responsabilidad social. Era un encuentro muy natural con muchos intereses en común y con una filosofía coincidente, por lo que decidimos darle el formato de cátedra porque nos parecía que le daba la importancia que queríamos que tuviera el proyecto y también lo convertía en una iniciativa a largo plazo.

¿Qué cree que están aportando las diferentes cátedras empresariales a la Universidade da Coruña?

Esta es la primera que pone el foco en la comunicación, por lo que creo que es una singularidad y una fortaleza. Las cátedras sirven para dar forma a la colaboración entre la Universidad y la empresa privada en iniciativas de muy distinto tipo, ya que pueden ser de investigación, divulgación o formación, por lo que es un marco flexible para trabajar conjuntamente y de forma estable, de modo que se puede consolidar y tener una cierta trayectoria.

¿Por qué era necesario dedicar una específica a la comunicación?

Como profesora e investigadora en comunicación soy una convencida de la importancia de la comunicación al servicio de la sociedad, de todo el potencial que puede tener por ejemplo para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible y de la Agenda 2030, en los que los de sensibilización y divulgación son importantes, por lo que la comunicación es una herramienta fundamental.

Pero la Cátedra Vegalsa-Eroski orienta su actividad hacia tres ejes concretos.

Uno es divulgar la importancia de la comunicación en la sociedad y en las organizaciones, mientras que otro tiene una doble orientación, ya que consiste en divulgar y concienciar sobre la salud y los hábitos saludables, así como en comunicar sobre la sostenibilidad para cuidar del medio ambiente, los ecosistemas y el entorno.

Una de las últimas actividades que realizaron se refería a la comunicación sobre la salud, que está muy de actualidad.

Fue una jornada online el mes pasado con académicos y profesionales de primer nivel en España y en la que tuvimos una buena participación. Pretendimos enmarcarla en una de las líneas de actividad de la cátedra y en la actualidad, además de conectarla con la comunicación para la sostenibilidad porque las dos están muy relacionadas.

¿Cree que a causa de la pandemia es el momento de la historia en que resulta más difícil informar sobre salud?

Sí, y además asistimos a la primera pandemia de la era digital y la ONU le aplicó la etiqueta de pandemia de la desinformación, ya que hemos tenido una avalancha muy grande de información, una más rigurosa que otra, y eso dificulta al ciudadano tener información veraz fiable. Esto ha supuesto un reto para los medios de comunicación e incluso también para los ciudadanos, que también tenemos nuestra responsabilidad a la hora de informarnos.

¿Qué deben hacer los periodistas para desenvolverse en este ambiente tan complejo?

Como garantes de la veracidad y la fiabilidad tienen el reto de la documentación informativa y luego del contraste de las fuentes, que forman parte de la esencia periodística y que hoy son más necesarios que nunca, para transformar eso en una información útil para los ciudadanos. Quizás sean las claves de siempre en el periodismo, pero con toda la complejidad del entorno que nos envuelve.

¿Puede influir el cambio continuo de los datos de un día para otro en que se pierda la confianza por parte del público?

Es verdad que hay mucho barullo informativo porque nos llega mucha cantidad de información y muchos cambios. Ahí es donde está el reto para el periodismo de seguir siendo la fuente de información fiable, así como recuperar el valor de su importancia en un contexto de fake news, en el que los ciudadanos necesitamos un cierto faro que nos permita tener información de referencia.

Pero hay una parte del público que solo se informa a través de redes sociales.

Es verdad. Yo suelo apelar bastante a la importancia de la alfabetización mediática del ciudadano para ayudarles a identificar cuándo una información es fiable o no.

¿Se corre el riesgo de que el público deje de tener interés por la pandemia por un exceso de información?

La pandemia ha generado una fatiga que también afecta a la información, ya que produce un hastío el continuar recibiendo tanta información sobre lo mismo. Supongo que es una cuestión que evoluciona del mismo modo que la pandemia y que al mismo tiempo que esta tuvo sus picos, también habrá valles en los que no será la protagonista informativa.

¿Podrá influir la pandemia en que haya una mayor especialización periodística sobre la salud?

Me gustaría que sí porque es algo muy necesario y que no fuera solo un refuerzo coyuntural por esta situación, sino que fuera estructural y se mantuviera a lo largo del tiempo, porque hay muchísimos ámbitos sobre los que informar y divulgar.

¿Qué actividades tiene programada la Cátedra Vegalsa-Eroski a corto plazo?

Estamos trabajando con el Espazo Compartido de la Universidade, que es una iniciativa que busca la integración de las personas con discapacidad intelectual para abrirles las puertas de la empresa y que la conozcan por dentro. También preparamos para marzo y mayo un ciclo de charlas sobre comunicación y reputación en relación con la agenda 2030 y el big data. Otra iniciativa es un proyecto de investigación sobre cómo se relacionan los jóvenes con contenidos de salud en los medios y las redes sociales. Más adelante tenemos prevista una convocatoria de premios para trabajos de fin de grado y máster sobre responsabilidad social para que los alumnos vean que su esfuerzo puede ser premiado.