El regreso de Pignoise tiene su parada en A Coruña, en la sala INN (viernes 4 de febrero, 21.30 horas). Álvaro Benito ha cambiado, una vez más, la pelota por los escenarios. Y la respuesta del público le muestra que, quizá, sea el camino correcto. Presenta su nuevo disco Diversión.

Hace poco más de seis meses que publicaron Una sensación. ¿Cómo se fraguó el reencuentro?

Empezó en 2019, cuando dejé de entrenar. Eso me permitió tener tiempo para otros menesteres. Probamos a hacer ese verano unos conciertos y superaron nuestras expectativas. Decidimos ponernos a trabajar en un nuevo disco. Luego vino la pandemia y lo pospusimos hasta ahora. No sé si la vida me hubiese llevado por el camino de entrenador hasta el mundo profesional y a lo mejor no hubiese vuelto a tocar, pero me abrió esta oportunidad de regresar y tengo con muchas ganas.

Era o la música o el fútbol.

Sí, era imposible compatibilizarlo. Entre mi tiempo como entrenador y mi trabajo en los medios de comunicación era imposible, de hecho, eso fue lo que provocó el parón del grupo en 2014.

Los otros dos integrantes, Pablo Alonso Álvarez y Héctor Polo, ¿también estaban en ese momento de recuperar el proyecto?

Sí. Sobre todo, a raíz de los conciertos de 2019. Nos dimos cuenta de que la gente estaba con ganas de la banda. Sorprendentemente vimos que habíamos saltado una generación, chavales súper jóvenes se sabían todas las canciones. No habíamos hecho nada, no nos movemos por redes sociales y por generación espontánea hay chavales jóvenes cantando nuestras canciones. Todo eso nos dio alas para poner en marcha otra vez esto.

En diciembre salió el disco y la respuesta del público volvió a ser espectacular. ¿Lo esperaban?

Superó nuestras expectativas. Uno no sabe qué va a pasar con el paso del tiempo. Hay gente que crece contigo y sigue viniendo a los conciertos, hay gente que empieza a escuchar otro tipo de música o las nuevas generaciones no tienen interés por lo que hacías. En nuestro caso, mucha gente se ha quedado y las nuevas generaciones están ahí. Hay un montón de gente que nos escribe por redes y nos dice “es la primera vez que puedo veros en directo”. Nos sorprende mucho que chicos de 16 o 18 años, que era público intangible en nuestra época de mayor éxito, se sepan las canciones, por sus padres, hermanos mayores o porque nos escuchaban en la radio o la tele. No ha sido nada buscado. El paso del tiempo nos ha tratado bien.

Algunos de esos jóvenes lo conocerán más por comentar el fútbol que por ser cantante de Pignoise.

Sí. Me pasa a veces. Me escriben en Twitter y dicen “me acabo de enterar de que Álvaro Benito es el cantante de Pignoise”. Y viceversa, que “el de Pignoise es el que comenta los partidos”. Esa dualidad extraña.

¿Les obsesionada que el disco sonase al origen de Pignoise?

Sí, es algo buscado. No tenía demasiado sentido ponernos a hacer música diferente, por mucho que haya pasado el tiempo. Para eso, cada uno elige un proyecto diferente y hace otra cosa. Teníamos que mantenernos fieles a nuestro sonido. Somos otros músicos diferentes y otras personas diferentes, por el paso del tiempo, es inevitable, pero sí mantenemos la esencia. Ha sido una obsesión que tuvimos y lo hemos logrado. El disco me suena a Pignoise.

¿Cómo es Diversión?

Un disco en el que ha habido mucho material para elegir. He tenido muchos años para componer. Aunque el grupo no estuviera activo, he seguido haciendo canciones. Ha sido muy difícil elegir repertorio. El nivel de las canciones de todo el disco es muy parejo, muy equilibrado. También ha sido muy difícil elegir los singles. Le hemos dado mucha importancia a textos y producción. Nos lo hemos tomado con mucha calma, no había ninguna exigencia ni plazos. Ahora mismo somos dueños de nuestro destino a todos los niveles, editorial, discográfico, artístico… No tenemos que rendir cuentas a nadie.

Decían que querían que este fuese el mejor disco de su carrera hasta ahora. ¿Lo han conseguido?

Creo que el disco, a nivel de canciones, posiblemente sea nuestro mejor disco. Pero combatir o luchar contra tus grandes éxitos es imposible. La música tiene algo temporal. La gente viene a nuestros conciertos a cantar Te entiendo, Nada que perder, Estoy enfermo o Todo me da igual. Por mucho que hagas ahora un disco cojonudo, eso va a ser imbatible. Al público, esas canciones le llevan al lugar y a la época vital en la que escuchaban esas canciones. A mí me pasa cuando voy a los conciertos de los grupos que me gustan. También a los Hombres G con Sufre mamón y Venecia y le pasa a Dani Martín con su nueva gira cuando canta Zapatillas. Luchar contra eso es casi imposible.

¿Sigue siendo la composición su parte favorita del proceso?

Sí. Es la parte que más me gusta, la creatividad. Siempre estoy en la búsqueda de una canción mejor. Soy amante de las melodías. Me gusta que escuches una canción y se te quede, que te emocione. Con Pignoise, me gusta llegar a ese lugar, pero desde la sencillez.

Ha salido al campo como jugador y al escenario con Pignoise. ¿Cómo son esas sensaciones?

Son completamente diferentes. Al campo sales con la tensión de competir, de ganar, donde hay un oponente al que hay que batir, y en el escenario subes a hacer disfrutar a la gente. Siempre tienes esa responsabilidad de que no haya fallos técnicos, que el sonido sea bueno, que te escuches bien arriba, que no pase nada extraño y que la gente se vaya satisfecha a casa porque hay pagado una entrada por verte. Pero subo con la sensación de disfrutar. Para mí, este trabajo tiene mucho que ver con la sensación de divertirme y disfrutar. Además, si tú disfrutas arriba, eso se transmite a la gente.

Vuelve a A Coruña, ahora a la INN, pero ¿cuál es su último recuerdo aquí con Pignoise?

Tengo un recuerdo, que no sé si es la última vez que tocamos en A Coruña, de cuando actuamos en Riazor con M-Clan. Había un montón de gente. Una barbaridad. Lo pasamos muy bien. El concierto fue la leche y luego nos echamos a las calles coruñesas y también lo pasamos muy bien.

Es el regreso de su banda. También volvieron hace poco a televisión Los Hombres de Paco, a la que ponían música. ¿Es el momento de los revivals?

Quizá tiene que ver con que nada ha sustituido lo que había. Después de la época de los 2000, con grupos como El Canto del Loco, Pereza o nosotros, ha venido todo lo urbano y lo latino. A mí me pasa lo mismo, sigo escuchando el pop de los 80 y 90. Estoy en ese momento nostálgico. Ha habido una eclosión muy grande de bandas en el indie, pero a lo mejor no tanto de bandas tan pop como nosotros. Tampoco lo sé seguro. Habría que preguntar a la gente. A mí me cuentan chicos jóvenes que, en las discotecas, a última hora, siguen poniendo El Canto del Loco o Pignoise.