La empresa concesionaria del tratamiento de residuos sólidos urbanos, Albada, ha presentado a la Xunta la documentación necesaria para la revisión de la autorización ambiental integrada. En uno de sus apartados, la empresa hace mención a que uno de los vertederos de las instalaciones está colmatado y que está “pendiente de sellado”. En su referencia a esta situación obvia quién será el responsable de acometer esas obras, a pesar de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ratificó hasta en dos ocasiones que ha de ser Albada la que realice esos trabajos.

Albada, además, tendrá que abonar a la Xunta la sanción de 60.000 euros que le impuso en 2018 por no sellar dos vertederos de sus instalaciones y la de 20.000 euros aplicada en 2020 al comprobar que seguía sin cumplir esa orden.

En su documento ambiental, sin embargo, bajo el epígrafe de “Vertedero de rechazos colmatado y pendiente de sellado” no hace referencia a estas resoluciones. En el texto, Albada alerta de que las instalaciones de Nostián cuentan con un vertedero pendiente de sellado “que llegó al fin de su vida útil en agosto de 2008” y una balsa de lixiviados asociada. Apunta a que los lixiviados se depuran en las estaciones de la planta y el permeado depurado se vierte a la red de saneamiento municipal. El vertedero cuenta con tres celdas, y solo una de ellas está sellada. Con esta explicación despacha la entidad este asunto.

En la introducción del documento, los redactores ya alertan de que la planta de Nostián se encuentra “en la fase final de su vida útil” ya que lleva veinte años en funcionamiento. La empresa explica que, actualmente, se encuentra prestando el servicio en una prórroga forzosa hasta que el Concello saque a concurso la gestión y la adjudique. En este pliego tendrán que incluirse mejoras técnicas para mejorar el rendimiento de la planta y adaptarla a las nuevas normativas.