La Opinión de A Coruña

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As Percebeiras: un proyecto en cambio continuo

La nueva propuesta de los promotores se suma a las sucesivas presentadas desde 2002

Proyecto para As Percebeiras de 2018, con dos torres, una junto al antiguo Padre Rubinos. La Opinión

Este año se cumplen veinte desde que se presentó la primera propuesta para edificar en As Percebeiras. Desde entonces ha habido ocho propuestas sin que ninguna de ellas recibiera el visto bueno definitivo del Concello, a pesar de que han pasado gobiernos municipales de tres colores diferentes. Cuando todo hacía pensar que el proyecto planteado en 2020 sería el que se llevaría a cabo porque su evaluación ambiental fue aprobada por la Xunta, los promotores elaboraron un nuevo planteamiento que reduce el número de edificios pero eleva hasta las veinte plantas la altura de uno de ellos.

Propuesta para el polígono de As Percebeiras de junio de 2020. | // LA OPINIÓN

La alcaldesa, Inés Rey, declaró ayer que el Concello desconoce el contenido de esa propuesta y que emitirá su opinión sobre ella cuando se presente. La edificabilidad y las alturas son los aspectos que suscitan la polémica en torno a esta iniciativa desde el primer momento. Cuando en 2002 comenzó a gestarse, sus impulsores presentaron un proyecto con un rascacielos de 47 plantas y otro de 35, además de otros tres edificios. Los propietarios del suelo eran en aquel momento una veintena, entre ellos la familia De la Iglesia, una parte de la cual poseía la constructora Isoman, que disponía de 50.000 de los 78.000 metros cuadrados de edificabilidad del polígono.

El Gobierno local se opuso a esta iniciativa porque el plan general de 1998 prohibía edificar junto al mar en esa zona y se estimó el proyecto no era beneficioso para la ciudad, en la que las imágenes de los dos rascacielos causaron un gran revuelo. Los promotores volvieron a la carga en 2008, aunque ya sin edificios de gran altura, puesto que su propuesta era de tres manzanas de viviendas con ocho alturas. Inmobiliaria Residencial Parque Ronda poseía en ese momento el 50% del suelo, mientras que el resto era de otras empresas. El documento inicial del nuevo plan general redujo ese año la edificabilidad de 78.238 metros cuadrados a 51.712, de forma que el número de viviendas posibles pasó de 780 a 520.

Este proyecto se vio afectado por los cambios que el PP introdujo en el proyecto del plan general en 2012, que permitió aumentar la edificabilidad un 20% aunque conservó la limitación de la altura de los edificios en ocho plantas, pero con la posibilidad de superarla si se justifica de forma adecuada.

Pantallas en la costa

Cuando en 2016 se lanzó un nuevo diseño para el polígono, Isoman ya no era el mayor propietario de suelo al verse obligada a vender las parcelas. Tres edificios de 16 plantas, otros tres de 13, 11 y 9 plantas y varios más de menor tamaño constituían la propuesta presentada, que pretendía evitar la formación de pantallas en la costa. Marea Atlántica estaba ya al frente del Gobierno local y rechazó este planteamiento ante la altura de los inmuebles, postura que también adoptó la Xunta.

La falta de respuesta de los promotores a esta negativa hizo que el proyecto caducase. Fue en esa fase cuando la inmobiliaria Metrovacesa se hizo con el 66% del suelo del polígono, cuyos propietarios negociaron con el Gobierno local una nueva configuración. En septiembre de 2018 propusieron concentrar la edificabilidad en una superficie más pequeña a cambio de aumentar las alturas, aunque como se ocupaban terrenos junto al antiguo refugio de Padre Rubinos se repitió el rechazo municipal.

Ocho bloques de los que cuatro tendrían doce plantas fue la propuesta defendida solo un mes después, en la que se incluían espacios entre los inmuebles para permitir las vistas al mar. También en este caso las alturas cerraron las puertas a la visto bueno del Concello. Hubo que esperar a diciembre de 2019 para el nuevo proyecto, con solo un edificio con más de ocho plantas, del que se explicaba que causaría un “estrechamiento visual” en la avenida de Labañou, por lo que se exigió que se desplazase hacia el interior del polígono y permitiese contemplar la Torre de Hércules.

La negociación entre Concello y promotores culminaron en junio de 2020 con la presentación de un diseño con ocho edificios de ocho plantas, uno de cuatro, otro de tres, uno de once y uno de catorce. Estos dos últimos irían escalonados y aumentarían su altura al alejarse de la avenida de Labañou.

El Concello aprobó inicialmente el proyecto y lo envió a la Xunta para su evaluación ambiental, que fue aprobada en diciembre de ese mismo año. A la espera de recibir la autorización municipal definitiva, los promotores iniciaron esta semana una encuesta entre la ciudadanía que desveló que habían modificado su propuesta para dejarla en nueve edificios, dos de ellos de una y dos alturas, otros siete de ocho y un último que se graduaría desde las cuatro a las veinte.

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