“Que viva la lucha de la clase obrera” y otros lemas combativos que ponen en el foco la pugna histórica por los derechos de los trabajadores volvieron a escucharse este domingo, con fuerza, en la calles de la ciudad, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. Atrás quedaron, por el momento, las convocatorias reducidas de los años de la pandemia, que culminaban con una foto-finish en la plaza de María Pita de manifestantes formando con distancias de seguridad a los costados. Más de mil personas secundaron la marcha que partió a las 12.00 horas de A Palloza y alrededor de medio millar salieron, de forma simultánea, desde la plaza de Vigo.
La convocatoria, primera en situación de seminormalidad desde hace tres años, recuperó el pulso de años previos a la pandemia. Como ya viene siendo habitual en fechas homólogas, el movimiento sindical arrancó su día grande en A Coruña con sus fuerzas divididas en dos manifestaciones, que marcharon, no obstante, bajo un clamor común: la protección del trabajador y la salvaguarda de sus derechos laborales y su poder adquisitivo tras el grave revés en la economía doméstica que trajo consigo la creciente inflación de los últimos meses. “No podemos condenar a la gente a elegir entre encender la luz o comer”, clamaban los representantes sindicales.
La primera marcha, convocada por UGT y Comisiones Obreras, fue secundada por partidos como el PSOE o Podemos y organizaciones como las Juventudes Comunistas, y contó con la presencia de la alcaldesa, Inés Rey, acompañada por la vicesecretaria xeral del PSdG, Lara Méndez, y algunos miembros del Gobierno local, el diputado de Podemos Antón Gómez Reino o la concelleira no adscrita en María Pita, Isabel Faraldo.
La segunda, promovida por la CIG, reunió a representantes del BNG y Marea Atlántica y asociaciones como Erguer y Galiza Nova, respaldados por cargos públicos de las formaciones como el portavoz municipal del BNG, Francisco Jorquera, o los concelleiros de Marea Atlántica, Alberto Lema y la portavoz María García.
En ambas manifestaciones, los trabajadores de distintos sectores, como el transporte, la alimentación, la limpieza o la ayuda en el hogar reclamaron actualizaciones en sus convenios para adecuarlos al IPC, mejoras salariales, topes en el precio de la energía y políticas públicas para que los precios de las necesidades básicas “no sean imposibles de pagar con el salario mínimo”. Así lo manifestaron los líderes sindicales convocantes al término de la marcha, cuando dieron lectura a sendos manifiestos en los que enumeraban las demandas de los trabajadores tras un año complicado y daban cuenta de la difícil situación que el incremento sistemático de los precios ha dejado en miles de hogares gallegos.
“Pedimos que los conductores profesionales puedan tener una vida digna después de la jubilación”
La secretaria general de Comisiones Obreras en Galicia, Amelia Pérez, incidió en la necesidad de subir salarios, más allá de medidas positivas como el incremento, en los últimos años, del Salario Mínimo Interprofesional, para salvaguardar el poder adquisitivo de las familias ante el alza de los precios, y denunció la “intransigencia de la patronal” a la hora de negociar convenios que favorezcan a los trabajadores. El líder de UGT en A Coruña, José Antonio Gómez, refrendó el parecer y demandó, entre otras cuestiones, la inclusión de cláusulas de revisión salarial en los convenios para hacer frente al alza de los precios.
Los convocantes no olvidaron, en el día de los trabajadores, al pueblo ucraniano, que vive estos días los estragos de la guerra en su territorio. A su población y, más concretamente, a su clase obrera, mandaron un mensaje de cariño, sin olvidar las terribles consecuencias que los ecos del conflicto han traído hasta aquí. “Todos pensábamos que íbamos a hablar de recuperación económica, pero con la desgracia de la guerra de Ucrania y la subida de la inflación, ha cambiado todo”, ha comentado, tras lo que ha querido también mostrar “toda la solidaridad” con los pueblos que sufren guerras y opresiones.
“La juventud queremos trabajar dignamente sin tener que emigrar, estábamos mal y ahora peor”
Tampoco en la manifestación simultánea que partió de plaza de Vigo en dirección a la Subdelegación del Gobierno faltaron las demandas y exigencias de la clase trabajadora con respecto a las mejoras salariales y las actualizaciones de los convenios, ni las denuncias por las fallas en materia de seguridad en las factorías y centros de trabajo que cada año se cobran la vida de cientos de trabajadores en sus puestos. A este respecto, la nota emotiva de la jornada la puso el minuto de silencio que los asistentes a la marcha guardaron en memoria de Unai Martínez, operario de la Refinería de petróleo de Repsol, que falleció hace un mes en la fábrica víctima de un fatal accidente laboral. En la misma convocatoria estuvo presente la visibilización de la situación laboral de los jóvenes gallegos, forzados a tomar la determinación de emigrar en busca de mejores horizontes o a sucumbir a la temporalidad de los empleos. “Es una situación que venimos arrastrando desde hace años. Queremos vivir dignamente, trabajar dignamente sin tener que emigrar. Ya estábamos mal y ahora, peor. Es complicado encontrar un trabajo que dure algo, vas saltando de contrato precario en contrato precario”, lamentó Alberte García, de la organización Galiza Nova.
“Tenemos que asegurar que el poder adquisitivo de la clase trabajadora esté garantizado ”
Sectores precarizados
Trabajadores de algunos de los sectores profesionales más precarizados aprovecharon la marcha para elevar públicamente sus reivindicaciones. Hasta allí se acercaron representantes del colectivo de las Trabajadoras de Axuda no Fogar, (SAF), que llevan más de una década con el convenio colectivo sin actualizar. Las sociosanitarias piden la inclusión de mejoras como el reconocimiento de enfermedades profesionales y facilidades en la conciliación.
“La patronal quiere que las trabajadoras paguen un peaje en la negociación y cedan un derecho que es suyo, la subida del 6.5 en el IPC”, denunció Alejandra Gesto, representante de la Federación Hábitat de CCOO, que acudió en el nombre de otros gremios como el de la madera, la seguridad privada, la construcción o las funerarias. “Estas últimas son las grandes olvidadas. Reivindicamos que se tenga en cuenta la prevención de riesgos, todo el mundo habla de sectores esenciales. Pues las funerarias hicieron una labor esencial que nadie tuvo en cuenta”, alegó Gesto. La principal reclamación, no obstante, es extensible a todos los sectores laborales. “Tenemos que asegurar que el poder adquisitivo de la clase trabajadora esté garantizado, frenar la precarización”, clamó.
La nota original de la protesta la pusieron, en el tramo que separa A Palloza de la Delegación del Gobierno, los trabajadores de la Compañía de Tranvías, que portaron un improvisado autobús con acompañamiento musical con el que visibilizaron su reclamo de obtener la jubilación anticipada para los conductores profesionales. Así lo explicó Miguel Campos, representante de los trabajadores de la concesionaria de transportes, que puso sobre la mesa algunas de las coyunturas que afectan a los conductores a lo largo de su vida y que requieren de una vida laboral más corta. “Las enfermedades profesionales no están reconocidas. Es muy difícil llegar a la jubilación, porque caemos inválidos antes. Los conductores profesionales llegan con dolores de espalda, problemas musculoesqueléticos y psicosociales. Hacemos turnos, tenemos nocturnidad... todo eso, en una vida laboral de 30 o 40 años”, alegó.
