En la escollera de O Parrote se nota también que ha llegado la primavera y que las plantas hacen lo que pueden por vivir, aunque sea pegadas al mar y buscando la luz entre las rocas. El investigador posdoctoral del Centro de Investigacións Científicas Avanzadas (CICA) de la Universidade da Coruña Rafael Carballeira explica que, como decían en Parque Jurásico, “la vida se abre paso”, incluso en zonas que parecen poco favorables.
En el recorrido que va desde Puerta Real al castillo de San Antón, se pueden ver, según identifica el doctor Carballeira, un pitósporo, un tamarisco, una valeriana roja y una palmera canaria. Nadie las ha plantado a propósito ahí, sino que su nacimiento responde a la “germinación de semillas procedentes de las zonas cercanas del paseo” que estuvieron o están en el entorno.
Todas ellas son plantas ornamentales —unas autóctonas y otras exóticas— que se han adaptado al medio para poder sobrevivir, eso implica que se reduzcan sus tasas reproductivas y que nazcan en lugares determinados de la escollera y no a lo largo de todo el paseo.
“El paso del tiempo favorece el acúmulo de sedimentos y materia orgánica en las zonas de las escolleras rocosas, así como múltiples episodios de fructificación de las especies ornamentales, hace más probable con el tiempo la germinación de las semillas de estas especies exóticas, así como sus rangos de tolerancia y preferencias ecológicas las predisponen, en cierta manera, a poder aclimatarse y germinar en estas zonas aunque sean menos favorables o estén fuera de su área nativa”, comenta Carballeira.
Estas supervivientes, que han conseguido echar raíces entre las rocas del paseo, proceden de zonas climáticas templadas, que son similares a las que se dan en A Coruña, es por ello por lo que sus lugares de origen son Estados Unidos, Argentina, Chile, China, Japón, Magreb o Sudáfrica, según indica Carballeira.
El pitósporo, cercano al castillo de San Antón, tiene aproximadamente veinte años
A pesar de que la palmera canaria o el tamarisco son árboles de buen porte, según indica Carballeira, la planta más antigua de las que se pueden ver en la escollera es el pitósporo que, aunque es más bajo, tiene aproximadamente unos veinte años. Es una especie ornamental exótica que suele ser utilizada ya en todo el mundo tanto como árbol como en la formación de setos. Es una planta procedente del este de Asia, de China, Corea y Japón. Se utiliza también en entornos de playa para que consigan parar el viento, según describe Carballeira, que incide en que la dispersión de sus semillas se hace poco a poco. Estas plantas se han adaptado a las condiciones existentes para sobrevivir.