La tala de dos ejemplares de olmos de notable antigüedad efectuada en el jardín de San Carlos se debe a que estaban enfermos de grafiosis y que suponían un riesgo para el resto de los árboles existentes en esta zona verde, según explicó ayer la alcaldesa, Inés Rey. Sobre esta enfermedad detalló que es “altamente contagiosa”, pero que el Concello intervino a tiempo de evitar su propagación a otros olmos, aunque se está a la espera del dictamen de la Dirección Xeral de Patrimonio sobre la posibilidad de talar un tercer ejemplar.

Rey aseguró que la actuación que se lleva a cabo en San Carlos con estos árboles está dirigida por los “mejores especialistas en la materia” y replicó a los vecinos que protestaron por la intervención que los olmos “no se talan por gusto”, sino que se trata de “evitar males mayores”. La grafiosis fue descubierta durante los trabajos de reforma del jardín de San Carlos, con los que se pretende devolverle su estructura original.