“Lo mejor son las vistas, el mar, es increíble”. Jessica, Susi, Santi y Yaiza fueron los primeros en subir a la noria del puerto. La familia estaba deseando disfrutar de la atracción. Como muchos, pues en cuanto se inauguró, a las cinco de la tarde, se formaron las colas en el muelle de la Batería.
Los usuarios pueden disfrutar de una vista nunca vista. A 60 metros de altura —es la noria más alta de España— y en una cabina en la que caben entre ocho y diez personas. Hay, en total, 24. Lo mejor es permanecer sentado y mirar a un lado y a otro ya que si te levantas, el movimiento puede asustar a los que tienen miedo a las alturas. El viaje dura entre 5 y 7 minutos. La noria da varias vueltas para que el viajero no se pierda nada. A un lado, el puerto. Hasta el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, reconoció ayer, tras subir, que la atracción “permite ver zonas portuarias a las que la gente no puede acceder”. Desde lo más alto se divisan también los arenales de Bastiagueiro y Santa Cruz.
Al otro lado, a medida que la noria sube, se va desvelando la bahía coruñesa. No se llega a ver las playas, pero sí el Millennium y la Torre de Hércules, lo que deja una panorámica impresionante que muchos intentan fotografiar, a pesar de los hierros de la cabina.
Se pueden observar también edificios emblemáticos como la Terraza, el Kiosko Alfonso el Banco Pastor. Hasta se echa un vistazo al techo de Palexco. “Las vistas son preciosas. Además, tuvimos suerte porque no llueve”, comentaron los primeros usuarios una vez se detuvo la noria, que permanecerá en el muelle de la Batería hasta el 21 de agosto. De noche, además, es un espectáculo de luces. A los pies de la atracción también hay coches de choque, un scalextric y puestos de helados, tequeños, rosquillas y churros.
