Los Allman, los Robinson, los Gallagher… los Cano, los Urquijo, los Auserón… Son unos pocos ejemplos, más bien conocidos, de lo que la armonía fraternal (masculina, en este caso, de verso inglés o estrofa en castellano) puede dar de sí con la música como vehículo. Cabe el riesgo de caer en rivalidades y choques de egos que pueden llevar a una banda a su fin, pero también la convivencia musical entre hermanos da como resultado, la mayoría de las veces, el entendimiento y la productividad. Es el caso de Deibes, formación que reúne a dos hermanos, Nando Deibe y Javier Longue, que a sus espaldas tienen un largo peregrinaje de décadas por los pubs y salas de conciertos de A Coruña. En una de ellas, la Mardi Gras, presentan esta noche (22.30 horas) la estructura de su tercer álbum, Todo se pone a girar.

Al contrario que los trabajos precedentes, Sombras de ciudad y A caballo del viento, a Deibes le ha salido un disco más “ecléctico”. “Hay canciones puro folk, hay temas puro rock, tenemos folk rock o folk rock urbano como me gusta llamarlo, y hay temas pop rock, que es novedad, porque hay un montón de coros y estribillos muy pegadizos con bases rítmicas muy poderosas, y pasamos de la percusión a la batería”, define Nando Deibe, voz y guitarra acústica, que comenzó a componer las nuevas canciones en el confinamiento del COVID y fue enviando a sus compañeros los patrones rítmicos pregrabados. Hasta 2021 no empezaron a ensayar.

Son muchas las tablas que desde 1973 ha pisado Deibe en pubs que ya no existen y en salas donde ha afianzado sociedades gratificantes, como el proyecto Cincoparedes o el combinado Blonde on the Tracks, con Luis Moro, para honrar el catálogo de Bob Dylan. A su lado, Javi Longue, responsable de las cuerdas eléctricas y la armónica, carga con un historial que ha hecho escala en grupos como From lost to the river y Los que vuelan sin motor.

La relación entre hermanos es fluida dentro y fuera del escenario. “La guitarra de Javi bascula entre el sonido limpio de la Fender para los temas más lentos y el más poderoso y saturado para los más fuertes con la Gibson. Nos hemos acostumbrado a ocupar cada uno su espacio, sin invadir el del otro instrumento. La mayoría de las canciones las compongo yo, pero siempre hay temas compuestos que parten de una melodía de la guitarra de Javi”, explica Nando Deibe.

Deibes, en activo como banda desde 2012, se completa con otros dos referentes de veterano oficio: el bajo y el ukelele los agarra Jose Laredo, que pasó hace bastante tiempo por Miki Nervio and The Bluesmakers y por Folkner; en este grupo también tuvo plaza el percusionista Antonio Díaz, antiguo integrante de UmmO, Dial y Manga Ranglan. Hoy comparten su música urbana, honesta y auténtica, con el público rockero de la Mardi Gras.