El Concello sacó de nuevo a licitación el proyecto de parque situado junto a la muralla de la ciudad en la parte trasera de la Fundación Luís Seoane con un presupuesto de 295.783 euros sin IVA. Esa cantidad incrementa en un 34,7% la que se estableció como coste de la actuación hace justamente un año, cuando el Gobierno local la licitó por primera vez por 219.463 euros. En aquel momento solo concurrió una empresa, que finalmente decidió renunciar a realizar la obra.
En la nueva licitación se menciona que la evolución de los precios de la construcción en los últimos meses es la causante de este fuerte incremento del coste del proyecto, en el que se han actualizado los importes para hacer posible la presentación de ofertas. La iniciativa pretende permitir la continuidad del paso peatonal por la parte superior de la muralla, que en el pasado estaba interrumpido por el desaparecido edificio de la Jefatura de Sanidad Militar. El objetivo es dar un mayor realce a la antigua defensa y crear un espacio público anexo a ella que enlace con los existentes en su entorno.
El autor del proyecto es el arquitecto Fermín González Blanco a partir de las propuestas de los educadores y los escolares de 4 a 12 años participantes en los talleres de Nenoarquitectura realizados en la Fundación Luís Seoane durante el curso 2016-2017 y el verano de 2017. En esa actividad se estudió la orientación y los vientos dominantes en el lugar, las protecciones existentes frente a ellos, la vegetación presente y la que podría plantarse, así como el problema de la invasión por los coches, tras lo que se construyó una maqueta con la propuesta elaborada.
El diseño planteado para este espacio, que fue bautizado como Eirón en alusión al espacio de trabajo tradicional en las aldeas, consiste en un lugar para el ocio y de amortiguación con relación a la muralla, por lo que sigue las directrices del plan estratégico existente para ese monumento. El parque público que se creará tendrá una distribución y geometría adaptadas a la forma de la muralla en esa zona y estará diseñado en función de los niños, aunque también dispondrá de espacios para los adultos.
El parque contará con una rampa para unir la parte más alta de la calle San Francisco con la muralla que tendrá un 4% de desnivel. En la zona más próxima al muro se hundirá el terreno para recuperar el carácter defensivo de esa construcción y proporcionar seguridad a las personas para evitar caídas, ya que la altura se sitúa entre los seis y los ocho metros. A la entrada al espacio se instalará un pequeño bosque que intervendrá como transición entre los edificios del entorno y la muralla y en cuyo interior habrá una pequeña fuente y postes de iluminación situados entre los árboles.
El estudio arqueológico realizado en esta zona antigua de la ciudad reveló la inexistencia de vestigios históricos, ya que el terreno es un relleno de tierra de al menos tres metros de profundidad.
