“Para ser un día laborable no hubo queja. La gente tenía ganas de comer, beber y pasear”, señaló Brais Otero, dependiente de La fábrica de los manjares, en su puesto en la plaza de Azcárraga. La feria medieval arrancó este jueves al mediodía con el pregón y multitud de personas ataviadas con los atuendos típicos del medievo. Los comerciantes ofrecieron sus productos a los primeros visitantes de la Feira das Marabillas, que se celebra en la Ciudad Vieja hasta el próximo lunes.
Muchos turistas aprovecharon las primeras horas para elegir el primer puesto de comida que probar en su proceso de aclimatación a la Edad Media. Los kebabs y las pizzas de la plaza de Azcárraga y la de las Bárbaras llamaron a los primeros comensales. Junto a Puerta Real también se pudo probar el asador de carne. Después del almuerzo, o como tentempié antes, los tenderetes de dulces, tartas y panes atrajeron al público. “De momento ha sido un poco flojo porque acaba de empezar”, comentó Belén Álvarez, de Hornos Roser. Este viernes y el fin de semana se espera que sea los días de mayor actividad. Los negocios ambulantes ocuparon de nuevo los márgenes de las calles de la Ciudad Vieja desde el martes, que comenzó el montaje.
Aunque hubo puestos que en el primer día cerraron a la hora de la siesta, muchos aguantaron la primera jornada de ventas de sus productos artesanos de ropa, artículos de cueros, bisutería, esoterismo, joyas. No faltan los puestos de quesos, churros, dulces y garrapiñadas.