La Opinión de A Coruña

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Centro de inserción de A Coruña: el Defensor constata tensión e insta a “frenar” su modelo de gestión

Los internos denunciaron la falta de actividades de ocio, la mala calidad de la comida, la negación de permisos de salida y los castigos por retrasos justificados al retornar al centro

Entrada al Centro de Inserción Social Carmela Arias y Díaz de Rábago. Víctor Echave

El Defensor del Pueblo ha planteado sugerencias para mejorar las condiciones de funcionamiento del Centro de Inserción Social Carmela Arias y Díaz de Rábago, ubicado en la zona de la Torre. El titular del órgano encargado de velar por los derechos de la ciudadanía, Ángel Gabilondo, ha recogido en un informe el descontento del personal funcionario y las quejas planteadas por los internos en una visita que realizó a finales del mes de febrero. El informe de su revisión sugiere “frenar el modo de gestión apreciado” en el centro porque “lo aleja de su consideración como régimen abierto”.

Los presos trasladaron su preocupación sobre el “ambiente tenso” y los problemas en el diálogo entre el director del centro penitenciario y el personal funcionario. “El director trata del mismo modo a los funcionarios y a los presos”, cita el Defensor del Pueblo en alusión a las declaraciones que realizó uno de los internos. Los conflictos planteados afectan directamente a las personas recluidas. “Cada vez que pasa por aquí es para sancionarnos”, recoge el informe. El régimen disciplinario fijado para la convivencia establece castigos leves en caso de incumplir normas, que se traducen, según su gravedad, en la negación de salidas de centro durante el fin de semana.

El documento presentado por el Defensor del Pueblo contiene también relatos de internos que sufrieron supuestas vejaciones y a quienes pudieron haber forzado a “limpiar con un cepillo e dientes el suelo”. Más reclamaciones critican las denegaciones de salidas para “asuntos como ir al dentista o al examen de conducir” por no ser deberes inexcusables. Entre las quejas rutinarias de las personas internadas en régimen de semi libertad está la calidad y la temperatura a la que se sirve la comida.

También se plantearon los conflictos derivados del precio de las máquinas expendedoras. Ángel Gabilondo instó al CIS a mejorar el servicio de comida y a equiparar los precios de los productos dispensados en el CIS con los que se aplican en los economatos de los centros penitenciarios ordinarios. La escasa variedad de actividades que desarrollar dentro de las instalaciones en el tiempo libre es otro de los problemas señalados por los internos. Los testimonios recogidos por el Defensor del Pueblo se quejan de que la práctica totalidad se basa en realizar las tareas de limpieza, cuyo desempeño condiciona los horarios de salida en los permisos durante el fin de semana.

El Defensor del Pueblo también visitó el centro de menores de A Coruña para revisar su funcionamiento en materias de género. En su análisis, recogió denuncias sobre el trato incorrecto a los reclusos transexuales. Criticaron que el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura recibió diagnósticos del centro coruñés sobre dos menores con disforia de género, tratando, supuestamente, la transexualidad como un problema de salud mental.

El informe recomendó que se revisen y establezcan los protocolos de prevención del suicidio, así como los programas de detección y prevención de casos de abuso, acoso o cualquier tipo de violencia entre internos, fomentando la formación en ideología de género.

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