El Puerto de A Coruña registra una media de más de un centenar de escalas de trasatlánticos cada año y estas embarcaciones cada vez son más modernas, de mayor tonelaje y eslora. Este ente público no quiere perder estos cruceros modernos y por eso acaba de sacar a contratación por 1.183.744 euros (IVA incluido) el diseño, fabricación y suministro de unos sistemas de defensa y bolardos para instalarlos en el muelle de trasatlánticos de forma que estos futuros colosos del mar puedan atracar con seguridad para ellos y también para el propio muelle.
El Queen Elizabeth II o el Camberra son trasatlánticos que transportan unas 2.000 personas entre pasajeros y tripulación y una eslora de entre 250 y 294 metros. El Queen Elizabeth II es un gigante crucero de 70.327 toneladas y sin embargo no es nada comparado con el Iona, un buque de 344,5 metros de eslora y que desplaza 184.000 toneladas, más del doble que el Queen Elizabeth. Y además tiene capacidad para 5.200 pasajeros. Es uno de los mayores cruceros del mundo. En febrero de este año tenía previsto recalar en la ciudad pero tuvo que cancelarlo al parecer por la alerta amarilla, en previsión de tormenta.
La Autoridad Portuaria pone precisamente el ejemplo del Iona como uno de estos megatrasatlánticos que vendrán en el futuro al muelle coruñés.
El Puerto en 2020 encargó un análisis de la estabilidad del muelle de trasatlánticos para instalar bolardos de 150 toneladas. Quería comprobar la estabilidad de esta infraestructura que entró en servicio en los años noventa del siglo pasado, ver si había peligro de deslizamiento, vuelco, hundimiento, y la validez de las defensas existentes. La conclusión fue que el muelle es estable para que atraquen estos nuevos tipos de buques, según la actual normativa, así que se pueden instalar estos bolardos (con doce puntos de amarre).
El sistema actual de defensas del muelle, no obstante, se observó que tenía “limitaciones” para que atracasen los megacruceros internacionales, por lo que se vio necesario instalar un nuevo sistema de defensas que garantice una “adecuada capacidad de absorción de energía” de estos colosos. Con este contrato que han sacado a licitación se prevé precisamente instalar estos bolardos y las nuevas defensas.
El presupuesto es de 1,1 millones de euros, 978.301 sin IVA, que se divide en dos anualidades: 200.000 euros este año y 778.301 en 2023.
