La ilustradora Laura Agustí ha estado “rodeada de gatos desde siempre”. Se crio en un pueblo de Aragón con estos animales “siempre cerca”, entre sus primeros encargos le pedían “muchos dibujos de mascotas” y los felinos le “fascinan”, y especialmente la “expresividad” de los gatos, su “gran favorito”. Ha tenido varios, pero Oye, que la acompañó durante 17 años desde que Agustí tenía 23 que murió en 2020, es el gran protagonista de su libro de texto e ilustraciones Historia de un gato. Lo presenta este miércoles a las 19.00 horas en Moito Conto (San Andrés, 35).
“Las parejas van y vienen, los amigos también, la familia no está tan cerca al final como él, que estaba todo el tiempo conmigo”, señala la autora, que explica que una mascota así “es el testigo presente de todo lo que te pasa”. Se decidió a hacer el libro, precisamente, cuando al animal le diagnosticaron una insuficiencia renal: “Fui consciente de que el final estaba cerca y necesitaba de alguna manera retenerlo conmigo”.
Pero el libro, aunque centrado en Oye, es un “recorrido de mi vida con los animales”, desde los de el pueblo de su infancia al perro y las dos gatas adultas que adoptó al “intento” de hacerlo con otro animal que “no cuajó”. También de “todas las cosas que he ido aprendiendo”. Habla de la historia de la figura del gato en el aire, y también incluye consejos y técnicas para convivir con los felinos, desde “cómo meter a un perro cuando ya tienes a un gato” a la experiencia fallida de adoptar a un animal o cómo afrontar las fases del duelo tras la pérdida de una mascota, basándose en la pérdida de Oye. “Tener gatos ayuda a personas con depresión o ansiedad porque el ronroneo relaja, y cuidar a un animal te descentra de ti” explica Agustí.
Entre los consejos de la autora, que ha publicado otros libros y realiza cubiertas para autores, además de otros proyectos, está que “es súper importante adoptar a un cachorro cuando la madre lo ha destetado, pues si lo separas casi recién nacido tienes que cuidarlo de manera especial”. También explica que no se debe acostumbrar al animal a jugar con él con las manos, porque “acaba arañándote” y que es necesario trastear con él durante el día para cambiarle su ciclo de actividad, naturalmente nocturno.
El libro ya se ha traducido al polaco, y los derechos se han vendido a Rusia, Hungría, Alemania, Portugal, Italia y Holanda.
