La remodelación del muelle de Calvo Sotelo dio ayer un paso más con la demolición total de la cantina de la plaza de Ourense y el edificio anexo a ella. Tras la limpieza del solar, se instalará un cierre similar al existente en el resto del recinto portuario y se ampliará la acera para favorecer el paso de los peatones. Una vez que terminen los trabajos, se podrá acceder al muelle a pie cuando se autorice, aunque el resto del tiempo se mantendrá la entrada restringida a quienes trabajan laboral en el puerto.

Queda pendiente el traslado de las vallas de cierre y la reordenación de las plazas de aparcamiento, lo que se prevé terminar este mes. Este muelle solo recibirá cruceros cuando lleguen varios a la ciudad, por lo que junto con el de la Batería, sumará 80.000 metros cuadrados para actividades culturales o recreativas destinadas a la ciudadanía.