La Opinión de A Coruña

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Coque Malla Músico. En concierto el 12 de noviembre en el Palacio de la Ópera con ‘El último viaje del astronauta gigante’

Coque Malla: “Hubo un tiempo en el que tenía que defender mi repertorio como solista de la sombra de Los Ronaldos, ahora ya no”

El músico Coque Malla Cedida

Coque Malla se bajará de los escenarios por un tiempo indefinido, pero antes pasará por A Coruña y otras tres ciudades más para presentar El último viaje del astronauta gigante, que forma parte del ciclo Concertos do Xacobeo, producido por Cávea Producciones. Llega al Palacio de la Ópera este 12 de noviembre con un repertorio que define su trayectoria. Es un hasta luego, pues promete volver con cosas nuevas.

Quedan 12 días para iniciar ese último viaje. ¿Qué espera de él? ¿Cómo va a ser?

Hacía tiempo que no tenía tantas ganas de un concierto. Es muy especial porque se juntan muchas cosas. Se junta que ha sido una gira espectacular en todos lo sentidos. Se junta que vamos a A Coruña, que para nosotros es un sitio absolutamente talismánico. Siempre nos va espectacularmente bien ahí. Se está generando un clima de acudir a los conciertos, la gente tiene cultura de pagar entradas y eso es maravilloso. Los promotores notan una gran diferencia en el ritmo de venta de entradas respecto al resto de las ciudades de Galicia. Os honra y os felicito por ello. Además, hay otra cosa especial, que es tocar en el Palacio de la Ópera ante 2.000 personas que han pagado una entrada por ir a verme y que se saben todas las canciones. No es lo mismo que los festivales, aunque sean 20.000 personas, porque ahí se diluye un poco la energía.

Su última vez en A Coruña fue en el teatro, donde se desnudó para contar su historia. Pero, ¿qué tiene El último viaje del astronauta gigante para enganchar al público?

Supongo que lo que enganchan son las canciones. Creo que es el mejor espectáculo que tenemos en mucho tiempo. Ha entrado un miembro nuevo en la banda, Amable Rodríguez, a la guitarra, y eso siempre regenera las energías. Trae nuevas propuestas y nuevos sonidos. Eso lo estamos notando mucho. También notamos mucho que llevábamos dos años con la gente sentada, aforos limitados, mascarillas y audios siniestros antes de empezar un concierto que reprimía la reacción del público. Es lo peor que se le puede hacer a un artista. Queremos que el público se vuelva loco. Ahora volver a la carretera con la gente liberada es una energía que se va multiplicando. Además, el espectáculo funciona como un reloj. Además, llevaremos los visuales y los vientos, que es algo que nunca hemos hecho en A Coruña. Va a ser muy bestia.

Entonces, tras cuatro décadas de trayectoria, ¿todavía hay cosas nuevas y sonidos que le sorprenden?

Sí, absolutamente. El arte, y la música, es infinita, puedes vivir 200 vidas y no acabar nunca de recorrer las distintas posibilidades de enfrentar una canción, un espectáculo, un cuadro o una manera de contar una historia.

Este concierto es también una despedida. ¿Por qué parar?

Hemos tocado muchísimo. Yo no paré en la pandemia. Hubo gente que aprovechó entonces para hacer este parón que yo voy a hacer ahora. Yo tenía que estar tocando. Llevo tres años así y España no es tan grande. Tengo que parar, el público tiene que descansar y yo también. Hay que hacer cosas nuevas. Se cumple, además, un ciclo. Después de tres discos que podrían formar una trilogía, que son El último hombre en la Tierra, Irrepetible y ¿Revolución?, la pandemia y el recopilatorio, creo que es el momento perfecto para cerrar un capítulo. Voy a tomar distancias y escribir algo nuevo. No solo canciones, quiero generar otro tipo de sonidos y que el disco nuevo sorprenda.

O sea que deja los escenarios, pero seguirá trabajando en su música.

Por supuesto. La idea es dedicar el año que viene a grabar el disco y ya veremos si salimos en el 2024 o 2025.

¿Le da vértigo parar?

Vértigo no. Me preocupa si me pueden empezar a pasar cosas raras. Llevo muchísimo tiempo sin estar sin la sensación de gira. No sé cómo me va a sentar, pero creo que es necesario. Me va a venir bien y hay muchas cosas que hacer. Creo que va a pasar mucho más rápido de lo que parece.

Mañana se estrena su documental, Jorge. Quizá muchos no sepan que se llama así.

Fue una idea de Lasdelcine, las creadoras del documental, y me gustó desde el segundo que salió por su boca. Es un título perfecto que esconde muchas cosas. Es un título sonoro y, como tú dices, habrá gente que no sepa que es mi nombre. El documental es maravilloso. Está mal que lo diga yo, pero yo no lo he hecho. Yo soy productor ejecutivo, porque he tomado decisiones importantes en todo el proceso, pero es de ellas. Me ha encantado y es difícil porque soy tocanarices. Las podía haber vuelto locas. He hecho alguna corrección, pero me emocioné, me divertí y lloré.

¿Se ve un Coque Malla que no conocemos?

Es posible, a mí me cuesta mucho analizar eso porque yo sí lo conozco. Pero sí, claro, sale mi mujer contando cómo nos conocimos.

Cuando ve en el filme a artistas como Dani Martín, Iván Ferreiro o Leonor Watling hablando maravillas de usted y citándolo como un referente, ¿qué piensa?

Que si está estropeado el audio o se ha doblado mal. (Ríe) Es muy emocionante. Es gente que yo admiro simétricamente. Me acuerdo de un concierto con Jorge Drexler, entre bambalinas le dije “he flipado con el concierto, tienes un fan”. Y me dijo “nuestra relación es simétrica” porque siempre me dice que le gusta lo que hago. Pues la relación con Dani, Iván, Leiva o Leonor es totalmente simétrica.

Hace unos días publicaba en Instagram una foto de los 80 con grupos que marcaron una generación, como Mecano, La Unión o Olé olé. ¿Es de los que mira al pasado?

No soy muy de nostalgias. Esa foto me la envió Dani Martín y flipé y pensé que era un post gracioso para Instagram. De hecho, pensaba que la foto era de una fiesta en Madrid de cuando Coca-Cola nos fichó para hacer unos conciertos, pero alguien escribió y puso que era de un concierto de Los 40 Principales en Valencia.

¿Con eso ha conseguido que su público tampoco sea muy nostálgico y tener un nombre más allá del ex de Los Ronaldos?

Sí. Ha costado, pero son las canciones las que han hecho ese trabajo. Todo empezó a cambiar con La hora de los gigantes y con canciones como Berlín o Hasta el final. A partir de ese disco, los sitios se empezaron a llenar y la gente venía a escuchar esas canciones y no a hacer un ejercicio de nostalgia con Los Ronaldos. A muchísimo público del que va a llenar el Palacio de la Ópera el 12 de noviembre o no le gustaban Los Ronaldos o no los conocía. Es gente que va a llenar el Palacio de la Ópera por los discos de ahora y eso es emocionante. Eso ha hecho que yo me reconcilie con el repertorio de Los Ronaldos. Hubo un momento que tenía que defender mi repertorio como solista de la sombra muy grande de Los Ronaldos, ahora no. Incluso mi repertorio es más fuerte que el de Los Ronaldos.

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