La Opinión de A Coruña

La Opinión de A Coruña

Bailaora flamenca, trae ‘Alma’ al Palacio de la Ópera el sábado

Sara Baras: “En mi baile salen destellos de danza gallega, que me encanta”

“Respeto a los artistas que se quedan en lo que les funciona, pero yo intento arriesgar: en ‘Alma’ he fusionado flamenco y bolero”

La bailaora Sara Baras, en el espectáculo ‘Alma’. | // LA OPINIÓN

Sara Baras (Cádiz, 1971), bailaora de flamenco, coreógrafa y directora de la compañía que lleva su nombre desde hace un cuarto de siglo, es una de las mayores exponentes de su arte y ganadora, entre otros, del Premio Nacional de Danza y la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. A las 20.30 horas del próximo sábado estará en el Palacio de la Ópera con su nuevo espectáculo, Alma, en la que recrea canciones conocidas de bolero adaptándola al lenguaje de los palos del flamenco.

¿Por qué esta fusión?

La idea sale de conversaciones que tenía desde hace mucho tiempo de mi padre, sobre la dificultad técnica del flamenco, la diferencia entre sus palos... Él era un súper enamorado de los boleros, y surgió decirle: “Papá, un día vamos a fusionar melodías conocidas de boleros con palos de flamenco tradicionales, para que puedas sentir la dificultad que tiene”. En la pandemia me reuní con Keko Baldomero, el director musical, empezamos a buscar las melodías, elegir palos y boleros... Está siendo un regalo.

Su madre era también bailarina y la introdujo en el flamenco. ¿Su padre era músico de boleros?

Para nada, era militar. Pero muy aficionado al bolero. Yo empecé en la escuela de mi madre, y ella fue quien me enseñó a amar el arte, sobre todo el flamenco. Pero a amar el bolero me enseñó mi padre. Fusionar ambas cosas es precioso, estás recordando momentos vividos con él desde el lenguaje nuestro. Hemos hecho el espectáculo con corazón flamenco aunque tengamos alma de bolero.

¿Qué es en esta metáfora corazón y alma? ¿Técnica y arte?

No es que el corazón sea técnica, y el alma sea la parte más artística: el flamenco es nuestro lenguaje, y somos de flamenco, con destellos, con detalles del bolero. Poder traernos el registro de bolero a nuestro terreno y fusionar con palos de flamenco nos lleva a otro lugar, y ahí aparece el Alma. Esta obra se estrenó en diciembre en la Maestranza de Sevilla, y mi padre falleció en enero: ya le habíamos puesto Alma cuando estaba con nosotros.

¿Cuál es la estructura del espectáculo? ¿Hay un motivo que estructure sus melodías?

Hay un pequeño hilo argumental. El programa no está hecho como el de un espectáculo de danza, sino como el de un cantante de boleros. Es como si fuera el programa de un disco, con once boleros, cada uno fusionado con un palo diferente del flamenco, y vamos intentando encontrar el alma de cada fusión. Y no solo es un cantaor que canta un bolero; hay un trabajo de coreografía, de iluminación, de vestuario, de puesta en escena... Y un trabajo musical para adaptar la melodía a los palos del flamenco, para que aunque respetes el ritmo de una seguiriya puedas cantar nostalgia y que no se vaya de su melodía. Es un juego precioso. Tenemos siete músicos en directo, empezando por el director, Keko Baldomero, y un cuerpo de baile con Daniel Saltares y cinco chicas que son maravillosas.

¿Ha sido técnicamente complicado realizar estas adaptaciones?

No, aunque ha sido muy trabajado, como acostumbramos a hacer en las obras de nuestra compañía. Intentamos arriesgar y buscar algo más, no quedarnos en lo que nos funciona sino intentar crecer buscando la verdadera fusión de registros. Alma ha sido muy bonita, sentimental, emocionalmente, esta obra es muy especial para nosotros. Ha sido un trabajo precioso. Primero se hizo por partes: música, escenografía, vestuario, parte coreográfica, luego las hemos ido uniendo. Ha sido un regalazo poder crear esta Alma, que encima, aunque tenga un esqueleto muy bien preparado, tiene muchos momentos para la improvisación. Y eso hace que el espectáculo no pare de crecer.

Empezó en la danza desde niña. Con la evolución de su experiencia, y de su propio cuerpo, ¿en qué momento considera que se encuentra como artista?

Creo que en el mejor momento. Tengo la suerte de mantener la misma ilusión, o más, que cuando empezaba, pero con una madurez diferente. E intentando valorar la cantidad de cosas bonitas que tiene la profesión. No tengo palabras para agradecer al público: vamos a cumplir 25 años con una compañía privada, que se mantiene gracias a él. Y sobre la evolución, no es solamente mía, de la parte interpretativa, de yo como bailaora, directora o coreógrafa. Es también la de todo un equipo, de cómo crecemos valorando y respetando el trabajo en conjunto. La evolución es muy bonita y muy buena. Respeto al artista que se queda en lo que les funciona, pero no es nuestro caso, no es mi caso. Intento siempre seguir estudiando, seguir aprendiendo, aportando algo más, arriesgando, introduciendo elementos para mostrar algo más.

¿Se ha planteado alguna fusión por la danza tradicional gallega? ¿Las ha estudiado?

Pues sí, la conozco, y además me encanta. Mi padre tiene un apellido gallego, yo soy Sara Pereira Baras, y siempre que estoy en Galicia gasto la broma de que “hoy no soy Sara Baras, sino Sara Pereira”. Galicia es una tierra que me gusta mucho, y me encantan los gallegos. Mi padre estuvo destinado en Ferrol unos años y tuve la oportunidad de vivir esta tierra tan bonita un poco más de cerca. Pero nunca he fusionado la danza. Tenemos lo típico, destellos, detalles que salen: en este arte entregas lo que eres, y tus vivencias siempre salen; en forma de baile flamenco, pero siempre salen. Cuando algo te gusta mucho, está muy presente. Pero nunca he intentando fusionar la danza gallega de manera más fuerte, aunque nunca es tarde, ¿verdad? [ríe].

Compartir el artículo

stats