Ucrania: verdad, justicia y reparación en A Coruña

Decenas de ucranianos reivindican en María Pita el fin de la guerra, un año después de la invasión rusa a su país

“Verdad, justicia y reparación” son las tres palabras que engloban los deseos de los ucranianos desplazados en A Coruña desde que, hace justo un año, sus ciudades se viesen amenazadas o destruidas por bombas rusas.

Manifestación ayer, de ucranianos por la calle Real. |   // CARLOS PARDELLAS

Manifestación de ucranianos por la calle Real. | // CARLOS PARDELLAS / Gemma Malvido

Verdad, para conocer qué pasó y qué está pasando en la que es todavía su patria, aunque ya no puedan vivir en ella. Justicia, para que los culpables paguen por sus actos y reparación, para solucionar lo que se pueda, porque, tal y como explicaron ayer algunos de ucranianos que tomaron la palabra en María Pita, hay hechos que ya no se pueden cambiar. No se le puede devolver la vida a quien la perdió en el frente, ni recuperar el tiempo de separación de las familias, tampoco el miedo ni el frío ni el hambre, pero sí las casas y los edificios.

Un momento, ayer, de la concentración. |   // CARLOS PARDELLAS

Un momento de la concentración. | // CARLOS PARDELLAS / Gemma Malvido

Decenas de ucranianos recorrieron el camino que separa el Obelisco de María Pita para reclamar el cese de la guerra, pero también para demostrar que siguen apoyando a su pueblo en la distancia y, por supuesto, para agradecer la acogida que les brindó la ciudad sin conocerles de nada, y lo hicieron arropándose en sus banderas amarillas y azules, con sus trajes regionales, también de baile, con su música y con unas tarjetas con un girasol, como símbolo del renacimiento y de las fuerzas para seguir luchando.

Natalia Afonina, de la asociación AGA-Ucraína, recordó los paisajes de su país y sus tradiciones antes de la guerra, rememoró calles bulliciosas, frutas y chocolates al alcance de la mano que, ahora, quedan tan lejos y que, espera, algún día volverá a ver y degustar.

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Concello y Diputación mostraron ayer su solidaridad con el pueblo ucraniano en el día en el que se cumplió un año de la invasión rusa. El ente provincial recordó que había enviado cuatro ambulancias a Ucrania, que prestan servicio en el país, y que la residencia Rosalía Mera había sido el hogar de 82 personas, muchas de ellas menores de edad, desde que se habilitó como centro de acogida. La Oficina Municipal de Apoio ao Pobo Ucraíno (Omapu), que abrió sus puertas el 21 de marzo del año pasado, prestó asistencia a 338 personas. Fuentes municipales indicaron que la oficina da soporte a 142 núcleos familiares, formados por 126 niños y niñas, 161 mujeres y 51 hombres, llegados a la ciudad tras el estallido de la guerra.

Dos estudiantes, que tan solo llevan en la ciudad nueve meses, agradecieron la ayuda de la Universidade da Coruña para poder seguir formándose también a la ciudad por haberle abierto las puertas y por haberse convertido en su hogar. No es la situación que les hubiese gustado vivir, pero es a la que se tienen que enfrentar a diario.

En María Pita, tras los micrófonos, las canciones, los niños que ondean banderas y se cambian los calcetines por la lluvia, imágenes para no olvidar la guerra, fotos de un año terrible.

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