La célula, referente creativo
Un proyecto del estudio coruñés Baliza Norte, finalista de los premios Architizer
Un simposio sobre envejecimiento celular, a priori, parece que no invita demasiado a la creatividad. A Jorge Pérez Vale, responsable del estudio coruñés Baliza Norte, su propuesta de diseño alrededor de la premisa de las ponencias del congreso le ha valido una nominación como finalista a los premios Architizer A+Awards.
Suya es la identidad gráfica del simposio, de los carteles al mobiliario, que hace gala de simplicidad para dar luz a una propuesta brillante: “Los científicos, para evaluar el envejecimiento de las células, disponen de unos círculos en los que colocan células y reactivos. Esos círculos cambian de color dependiendo de que las células sean mas jóvenes o hayan envejecido, de la juventud a la senescencia”, explica el arquitecto especialista en diseño, responsable de uno de los dos únicos estudios españoles que figura en la nómina de finalistas del prestigioso certamen, concebido para democratizar y reconocer las mejores propuestas del año en materia de arquitectura.
En el caso del simposio científico, que se celebró el pasado julio en la Facultad de Fisioterapia, en el campus de Oza, la célula aumenta sus dimensiones y se convierte en el concepto alrededor del que orbita toda la propuesta, del cartel al merchandising y, por supuesto, el mobiliario, que imita los círculos de colores que los científicos utilizan para evaluar el envejecimiento celular.
“Es interesante, porque la gente empezó a ver el congreso por la web, diseñada con los mismos círculos que, al llegar al simposio, se encontraron en 3D. Me pareció interesante partir del mismo concepto para todo, me dio la oportunidad de explorar, de diseñar conjuntamente para darle más unidad y fuerza”, cuenta Jorge Pérez Vale, que de experimentos sabe un rato: en plena pandemia decidió lanzarse a la piscina y fundar Baliza Norte, en el que volcó toda su creatividad tras años trabajando en el sector desde puestos más centrados en la organización o la coordinación de proyectos.
“Llevaba una trayectoria profesional centrada, sobre todo, en edificios grandes. Trabajé como architectural design manager en el aeropuerto de Denver. Era una función más burocrática Con la pandemia, me pareció el momento de repensar y de abrir otras puertas profesionalmente”, revela. Y de espacios grandes, a conceptos pequeños y sostenibles, que se han convertido en una de las marcas diferenciales de su estudio: mobiliario y enseres desmontables, sin tornillos ni pegamentos, fácilmente transportables y manejables.
“Los muebles están formados por piezas que se ensamblan entre ellas, permitiendo un montaje sencillo y rápido. Pueden ser almacenados en módulos planos hasta ser reutilizados”, explica el ideólogo del proyecto, cuyo diseño de mobiliario guardaba, en plenos tiempos de restricciones, una utilidad en la recámara: “Estábamos saliendo de la pandemia, y no sabíamos qué restricciones podía haber. Intentamos que los muebles separasen de alguna manera a la gente en grupos burbuja, por lo que pudiera pasar”, revela.
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