Entre la computación y la arquitectura

Pablo Lorenzo-Eiroa, arquitecto experto en inteligencia artificial, compara su irrupción con el descubrimiento de la perspectiva en el Renacimiento y alerta del “feudalismo digital”

El arquitecto Pablo Lorenzo-Eiroa, ayer en la presentación de su libro en el COAG.  | //  CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

El arquitecto Pablo Lorenzo-Eiroa, ayer en la presentación de su libro en el COAG. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / Adrián G. Seoane

Adrián G. Seoane

El arquitecto argentino de origen gallego Pablo Lorenzo-Eiroa, uno de los mayores expertos del mundo en la influencia de la inteligencia artificial (IA) en la arquitectura, presentó ayer su nuevo libro en la sede coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. La obra, titulada Digital Signifiers in an Architecture of Information (en español, Significantes digitales en una arquitectura de la información) propone una relación crítica entre la computación y la arquitectura con el objeto de desarrollar nuevos medios y abrir la creatividad en este campo.

Lorenzo-Eiroa compara el uso de la IA en arquitectura con la revolución que supuso el descubrimiento de la perspectiva en el Renacimiento, que trajo consigo nuevos paradigmas de representación pictórica y arquitectónica. Y cree que en general los profesionales de la arquitectura están a favor del uso de la IA; no obstante, opina que hay algunas personas “demasiado optimistas”. “La IA es un ayuda que potencia nuestra inteligencia, pero también puede hacernos más tontos, que es lo que está pasando con los teléfonos móviles, dependemos tanto de ellos que estamos perdiendo la memoria, y la memoria es la principal función de la inteligencia. Mientras que las máquinas entrenan para ser más inteligentes nosotros nos estamos atontando, hay que tener cuidado”, advierte.

Según este profesional, “los arquitectos tienen que desarrollar plataformas para activar datos y modelos que puedan competir con las grandes bases de datos, así como colaborar entre todos los profesionales de la arquitectura para hacer frente al feudalismo digital”. Para Lorenzo-Eiroa este feudalismo digital consiste en “Google, Microsoft y Facebook”. “El problema es que no podemos no usarlos, porque ChatGPT tiene una inversión de miles de millones de dólares y yo, si quiero competir con ellos, tengo que juntar el mismo dinero para tener los mismos ordenadores”, explica. En el libro, Lorenzo-Eiroa defiende la necesidad de hacer frente a estas empresas a través de plataformas de uso común y fuentes abiertas (open sources).

El arquitecto argentino señala que “las grandes bases de datos y los modelos de inteligencia artificial constituyen, a través de la estadística y los algoritmos que se autooptimizan, un conjunto de herramientas que son dinámicas y complejas”. “Una de las posibilidades de la inteligencia artificial es la arquitectura emergente, algo que surgió a partir de los datos”, apunta Lorenzo-Eiroa. Este término sirve para describir una nueva forma de diseño arquitectónico que se basa en la adaptación al medio en lugar de en la planificación; la arquitectura sería un proceso continuo de cambio en lugar de un producto terminado. “Uno piensa la realidad de una manera, pero la estadística te devuelve otra imagen diferente. La idea es entender cómo la inteligencia artificial nos puede ayudar a construir de otra forma”, afirma el argentino. “En particular, lo que estoy tratando de resolver es cómo construir de un modo distinto en relación con el medio ambiente”, añade.

Una de las teorías que desarrolla Lorenzo-Eiroa en el libro es la de una “arquitectura morfogénica, que cambia al momento de construirse”. “Como los datos cambian la inteligencia artificial me interesa que a medida que el edificio se está construyendo pueda cambiar su lógica. Hay dos sistemas, uno virtual y otro físico, que pelean entre sí para que la construcción sea más inteligente”, apunta el arquitecto.