A Coruña, una ciudad de escaleras estáticas

Elementos de accesibilidad como ascensores, escaleras mecánicas o rampas son todavía inusuales en A Coruña, que solo cuenta con cinco de estos sistemas y dos más en marcha

Una pareja baja un carrito de bebé por las escaleras de la calle Villar Chao.  | // LOC

Una pareja baja un carrito de bebé por las escaleras de la calle Villar Chao. | // LOC / Marta Otero Mayán

Una ciudad de escaleras estáticas. la orografía de A Coruña no es, en términos generales, tan intrincada y accidentada como la de otras urbes de similar tamaño y población, pero hay barrios que sufren de problemas de accesibilidad y en los que no terminan de encontrar acomodo elementos de apoyo como escaleras mecánicas, ascensores o rampas, habituales y populares por otra parte en ciudades similares. En A Coruña estos sistemas, llamados de urbanismo vertical, se resisten a normalizarse en los barrios coruñeses.

A día de hoy, la ciudad solo dispone de cinco de estos recursos: una escalera mecánica en la calle Valera Silvari (aledaños del Mercado de San Agustín), un ascensor en la calle Ramón Cabanillas, en Os Mallos, otras escaleras mecánicas en la calle Maestro Clavé, otro elevador en la calle Capitán Troncoso y la más reciente de ellas, el ascensor que comunica Os Castros con O Castrillón. Todas ellas, puestas en marcha por el Gobierno del Partido Popular, con Carlos Negreira en la Alcaldía, a excepción de la última, el ascensor de O Castrillón, un proyecto iniciado por Marea Atlántica y ejecutado por el actual Gobierno de Inés Rey.

Una cifra precaria si se la compara con otras ciudades de dimensiones y morfología similares, tales como Santander, que cuenta con 28 de estos elementos repartidos por todo el plano. Vitoria-Gasteiz, que destaca por asentarse sobre una zona preponderantemente plana, cuenta con seis de estos elementos solo en el casco antiguo, que se localiza sobre una colina; el mismo número de los que hay en toda la ciudad de A Coruña. Nada que ver tampoco con Bilbao, que dispone de un elevado presupuesto para mejoras en accesibilidad derivado de unas mayor necesidad por lo empinado de su trazado, y que cuenta con 64 de estos elementos. Otro ejemplo más cercano está en Vigo, conocida en el ámbito gallego como la ciudad de las cuestas, y que cuenta con 29 de estos sistemas, contando con el monumental ascensor Halo, todavía en ejecución, que unirá el centro Vialia con la calle García Barbón.

Ha habido —y hay— varios intentos a lo largo de los últimos años por utilizar estas herramientas para mejorar la accesibilidad de zonas de la ciudad menos amables para el peatón, tales como el enlace entre Os Castros y O Castrillón, algunas zonas de Monte Alto, el barrio del Agra do Orzán; todos ellos distritos con un gran porcentaje de población mayor que pueden encontrar en la falta de accesibilidad un problema de gran consideración en los próximos años.

Una pareja con un carrito de bebé, en la calle Villar Chao.   | // CARLOS PARDELLAS

Recreación virtual del proyecto de las escaleras de la Merced. | // CARLOS PARDELLAS / Marta Otero Mayán

Algunos de los primeros anuncios para corregir esta situación hay que buscarlos en 2015, cuando el Gobierno local del PP aprobó un plan de mejora de la Accesibilidad mediante Elementos Mecánicos con una veintena de propuestas para la instalación de ascensores y rampas o escaleras mecánicas en ubicaciones urbanas consideradas prioritarias para la supresión de barreras y mejorar las condiciones de accesibilidad. Un plan que el Gobierno local presentó a un mes del inicio de la campaña electoral tras la que perderían la Alcaldía en favor de Marea Atlántica, y que recogía una propuesta que el propio PP había enunciado ya en 2011.

La mayoría de las actuaciones incluídas en ese proyecto, que debían ejecutarse para salvar cotas en las que la pendiente fuese superior al 12%, no se llegaron a llevar a cabo, tales como la instalación de ascensores en Adormideras, junto al Club del Mar, en la pasarela de la Sagrada Familia o Linares Rivas y Falperra.

A día de hoy, hay dos iniciativas en marcha, promovidas en 2022 por el Gobierno local del PSOE y que han recibido fondos europeos Next Generation para ser ejecutadas. Se trata de las calles Adelaida Muro (Monte Alto) y Pintor Villar Chao (O Castrillón), dos actuaciones que cuentan con un presupuesto total de 1,5 millones. En la primera, la solución pasa por poner tres tramos de escaleras mecánicas, para mejorar la accesibilidad y remodelar la escalinata. Al no tratarse de una actuación accesible para todo el mundo, el Concello coruñés la plantea como alternativa al itinerario de la calle Cantábrico, más accesible. En el segundo caso, se construirán dos ascensores verticales para conectar Pintor Villar Chao con Juan Montes en distintos tramos. Para salvar este desnivel se barajaron diferentes propuestas, que finalmente fueron descartadas por el Ejecutivo socialista. La elección del PP había sido instalar, en el interior de las galerías comerciales, un sistema de escaleras mecánicas en tres tramos, que recorrerían 75 metros y un desnivel de 15 metros. La ventaja, defendía el Ejecutivo popular, residía en que aprovechaba el espacio cubierto de las galerías comerciales de la avenida de Oza ante inclemencias meteorológicas.

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