El alcalde que llenó el centro de A Coruña de semáforos

La gestión de Demetrio Salorio Suárez al frente de la alcaldía de A Coruña se vio marcada por los contrastes, pues al tiempo que consiguió algunos éxitos notables, algunas de sus iniciativas recibieron una fuerte contestación ciudadana. Salorio nació en A Coruña en 1917 y desarrolló una intensa actividad en el mundo de la empresa a través de compañías como Fenosa, Rubine, Isolux y La Artística. El Gobierno le nombró alcalde en febrero de 1966, una época en la que la ciudad experimentaba un incesante crecimiento urbanístico que dio origen a algunos de los desastres que aún hoy padecen los coruñeses.

Entre las actuaciones más polémicas de su mandato figura la construcción del aparcamiento subterráneo de la plaza de Pontevedra, que hasta su reforma a finales de los años ochenta, constituyó uno de los mayores exponentes de la fealdad urbana. Las protestas fueron de tal calibre que el propio Salorio reconoció que la cubierta del estacionamiento era un auténtico búnker. Otro de los fiascos en la labor de este alcalde fue una propuesta de remodelación del Relleno (el entorno de los jardines de Méndez Núñez) que no llevó a cabo por la oposición total que recibió en la ciudad.

Los problemas de tráfico movieron a Salorio a regular la circulación en el centro, lo que le llevó a ser conocido popularmente como el alcalde de los semáforos. En la hoja de servicios de Salorio figuran actuaciones como la inauguración del Museo Arqueológico del castillo de San Antón, la primera propuesta de creación de una Mancomunidad de Municipios, la municipalización de la empresa de aguas, la inauguración de la estación de San Diego y del Barrio de las Flores. Demetrio Salorio tuvo en mente la creación de una planta de reciclaje de residuos, aunque abandonó el proyecto ante la baja calidad del abono elaborado. Esta iniciativa se habría adelantado treinta años a la solución actual al problema de la basura. Salorio dejó la alcaldía coruñesa en 1969 y falleció en 1992.