Los propietarios del edificio de los murales de Lugrís recubren la fachada con un andamio

El edificio número 25 de la calle Olmos, en cuyo bajo comercial existen unos murales del pintor Urbano Lugrís en peligro de deterioro, cuenta desde ayer con un andamio y una red instalados en su fachada. El Concello informó ayer a este periódico que los propietarios del inmueble, una sociedad cuyos titulares viven en el extranjero, habían sido requeridos para que adoptase medidas que garantizasen su seguridad.

El Gobierno local está a la espera de recibir un informe técnico sobre los frescos de Lugrís que pueda servir para que la Xunta los declare Bien de Interés Cultural, ya que cuando la asociación O Mural le solicitó esta iniciativa en junio lo rechazó al no apreciar que reuniesen características “excepcionales y sobresalientes”.

Un falso cadáver para denunciar el deterioro de los murales de Lugrís

El mal estado de la fachada llevó al Concello en marzo de 2021 a exigir a la propiedad que la protegiese, pero, ante la falta de respuesta, le abrió un expediente sancionador en diciembre de ese año. Tras un nuevo requerimiento de nuevo sin contestación, la empresa fue sancionada una vez más. En noviembre de 2022, la caída de cascotes a la vía pública hizo que se dictase una orden de saneamiento inmediato de la fachada.

En enero de este año técnicos municipales pudieron examinar los murales y apreciaron que “conservan su integridad”. El informe realizado a raíz de este examen determinó que las doce pinturas existentes tienen daños pero que son “recuperables”. El Gobierno local informó entonces que exigiría a la propietaria del edificio que interviniese para garantizar su conservación y que lo haría el propio Concello si no atendía esta orden.

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