La estampa más desconocida de la Torre de Hércules: con una cascada en el acantilado

La ‘fervenza’ de unos nueve metros, termina en una piscina en la cala de la ensenada do Xogadoiro

La Torre de Hércules, que el próximo mes de junio cumplirá los tres lustros con el título de Patrimonio de la Humanidad, ha sido fotografiada desde muchos lugares de la ciudad, desde otros municipios o desde alta mar. Pero una de las vistas más mágicas se contempla desde el entorno del mirador de punta Herminia. Desde ahí se puede observar una auténtica costa encantada coruñesa: una cascada de unos nueve metros de altura serpentea el acantilado, a la altura de los campos de golf, hasta caer y formar una piscina de agua transparente y ligeramente verdosa dentro de una cala de cantos rodados en la ensenada do Xogadoiro. La fervenza a la izquierda, el faro romano a la derecha.

La cascada finaliza en la cala en una piscina. |   // M.V.

La cascada finaliza en la cala en una piscina. | // M.V. / Marta Villar

Han sido algunas de las personas que “van a andar”, como ellas mismas se definen, y que recorren diariamente los senderos de Durmideiras, punta Herminia, el Parque Escultórico y el entorno de la Torre, las que han advertido esta poco conocida catarata, rodeada de esas formaciones rocosas que parecen dedos derechos hacia arriba. Una pequeña inspección en el entorno sirve para descubrir que el agua viene de una canalización en lo alto, agua limpia, en lo que parece un regato subterráneo como el que se canalizó en As Lapas.

Un escritor coruñés, Miguel Ángel Villar Pinto, es uno de los pocos que han documentado esta cascada, relacionándola con la leyenda de Hércules y Xerión y destacando las furnas que hay en este entorno, así como la “piscina” y la “cueva de las sirenas”. Aquí también se sitúa la leyenda del espejo mágico, un gran espejo con el que se avistaban a lo lejos los barcos. Hoy se sabe que lo del espejo es una mala traducción del latín y en realidad se refería a una atalaya. En esta cala, casualmente, ayer había varias estructuras metálicas. Y lo que parecía un cetáceo muerto hace tiempo.

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