Cruzada contra la invasión silenciosa

Voluntarios del centro de FP de Abanca retiran una tonelada de especies invasoras del entorno de la Torre, de la mano del grupo Hábitat

Voluntarios retiran, ayer, especies invasoras en el entorno de la Torre.  | // IAGO LÓPEZ

Voluntarios retiran, ayer, especies invasoras en el entorno de la Torre. | // IAGO LÓPEZ / m. o. m.

“Esto es una maratón, una tarea sostenida en el tiempo, pero hemos ido recuperando parcelas, liberándolas de estas especies”, valora Andrés Pereira, del Grupo Naturalista Hábitat. En el entorno de la Torre de Hércules habita una vecina indeseada, perniciosa para las especies de su entorno y cuya retirada requiere dedicación, paciencia, tiempo y sobre todo, manos.

Voluntarios del Centro de Formación Profesional de Abanca participaron ayer, de la mano del grupo naturalista, en una actividad para controlar la presencia de ejemplares de Carpobrotus edulis conocida popularmente como uña de gato, cuya función ornamental no compensa el terreno que le come al resto de ejemplares. “Estas especies son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. La uña de gato la hemos traído de fuera, y una vez asentada, ha ido restringiendo las especies nativas de vegetación autóctona”, explica Pereira, de Hábitat.

Cerca de 50 participantes, adscritos al programa de voluntariado medioambiental de Afundación y Abanca Trabajando por la mejora del patrimonio natural, se dieron cita ayer por la mañana en el entorno del faro romano para ponerse manos a la obra. Alumnos y docentes del centro de FP retiraron una tonelada de estas especies en pocas horas de trabajo, lo que da cuenta del volumen ingente de este tipo de vegetación que anega las inmediaciones del monumento. “Lo que hacemos es propiciar que la vegetación autóctona vuelva a colonizar el entorno que le era propio, para permitir la conservación de estos hábitats. La uña hace que las especies predominantes en la Torre, como el matorral seco y el brezo, se vean cada vez más restringidas”, cuenta Andrés Pereira, que insiste en que estas tareas requieren un equilibrio en el tiempo, con el fin de que tengan una continuidad y la labor no decaiga.

En esta linea, agradecen la implicación del Concello, que colabora con la iniciativa. Hábitat calcula que, desde 2018, se han retirado ya en torno a 70 toneladas de estas especies. Por las faldas de la Torre ya han pasado, además de los alumnos del centro de FP, numerosos colectivos, que han arrimado el hombro a la tarea. “Hemos aglutinado distintos centros, han pasado también instituciones, colectivos en riesgo de exclusión, migrantes...”, enumera el integrante del grupo naturalista.

Junto a las labores de limpieza y retirada de especies invasoras, las personas participantes recibieron información sobre este enclave y sobre buenas prácticas para contribuir a la conservación de su riqueza natural.