Edificios antiguos renacen en Os Mallos

El cartel de obra colocado en el bajo que hace esquina indica 36 meses. Es el tiempo aproximado que durará la reforma integral de un edificio construido hace más de más de sesenta años en Os Mallos, frente a la estación de ferrocarril y futura estación intermodal, que en los últimos meses ha quedado vacío de ocupantes para poder someterse a una profunda rehabilitación. Tendrá 18 viviendas y respetará su actual distribución.

Nuevo equipamiento, sustitución de materiales, cubiertas y sistema de calefacción, máxima certificación energética, rehabilitación de la envolvente, supresión de barreras arquitectónicas, instalación de un ascensor. Son algunos de los trabajos que se ejecutarán en el edificio, ubicado en la esquina de la ronda de Outeiro con la avenida do Ferrocarril. Data de 1958 y su constructor fue uno de sus residentes.

Intervenciones como estas también se han hecho recientemente en otros inmuebles del barrio, apuntan vecinos que llevan toda la vida viviendo en la zona, y en la actualidad hay en marcha proyectos para reformar otros, así como para habilitar algunos bajos comerciales. Creen que una de las razones por las que rebrotan las actuaciones urbanísticas es el impacto que tendrá en el entorno la construcción de la intermodal en la estación de San Cristóbal, donde ya han comenzado las obras de la terminal de autobuses y se mejorarán los accesos y se reformará la terminal ferroviaria.

Fuentes de la promotora del edificio de la avenida do Ferrocarril apuntan que la demolición interior del inmueble ya está hecha. Las viviendas, antiguas, apenas han sufrido transformaciones en las últimas décadas, por lo que los obreros tendrán que cambiar marcos, tuberías y canalizaciones, “adecuar el edificio a las condiciones de confortabilidad actual”.

Admiten las mismas fuentes que el desarrollo de la intermodal es un factor que puede “reforzar” cualquier proyecto urbanístico en la zona, aunque su propia iniciativa se había concebido antes de que comenzasen las obras en la infraestructura de transporte. El proyecto, para el que se concedió licencia municipal en abril del año pasado, aún está en una fase muy inicial; tiene dos años y medio por delante y la etapa de comercialización comenzará previsiblemente a mediados del próximo año.

Vecinos y comerciantes consultados señalan que “se ven cada vez más reformas” en Os Mallos, aunque creen que avanzan “con lentitud”. Otro edificio que hace esquina, entre las calles Asturias y Vizcaya, blanco con franjas verdes que delimitan las alturas, se sometió a una reforma parecida al de la avenida do Ferrocarril últimamente. En 2022 tenía carteles que anunciaban la venta de pisos, ya ocupados.

En la misma calle Vizcaya hay otros proyectos en marcha para reformar las fachadas o el interior de exponentes de la arquitectura racionalista de mediados del siglo pasado. Y esta zona del barrio cuenta con inmuebles que entraron en la última actualización del catálogo de edificios del planeamiento urbanístico promovida por el Concello.

Los vecinos auguran que cuando la intermodal entre en funcionamiento “Os Mallos debe rejuvenecerse” y ofrecer una imagen “más beneficiosa de su entorno”, y animan a que el sector de la construcción invierta en el barrio.

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