La Xunta incoa el procedimiento para declarar BIC los murales de Lugrís, su “Capilla Sixtina”

Un informe del expediente los considera “espectaculares” y su estado, “muy crítico”

REDACCIÓN

La Xunta publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG) la resolución por la que incoa la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) los murales de Lugrís de la calle Olmos, situados en el antiguo restaurante Fornos. La resolución viene acompañada por una descripción de estos, en la que se indica que la obra es “espectacular” y que el conjunto constituye “la Capilla Sixtina de los murales de Lugrís, de extraordinaria riqueza cromática y luminosidad”.

El documento señala que Lugrís tenía un “dominio prodigioso del dibujo”, y una sensibilidad cromática “excepcional”, que hacen que el pintor sea único. Nacido en A Coruña en 1908, el artista no empleó en sus obras de Olmos la técnica al fresco habitual en los murales, sino una al seco. En su paleta predominan colores brillantes, con mucha fuerza, ahora “oscurecidos por la acumulación de suciedad” dado el mal estado de las obras. En conjunto, son una docena de murales, en los que predominan motivos oceánicos: una marina con la Torre de Hércules, caballos de mar, peces, delfines y medusas.

En cuanto a su conservación, la técnica que empleó Lugrís suele presentar el problema de “falta de adhesión entre el mortero de preparación y el soporte de los murales”, lo que conlleva pérdida de policromía. En el caso de Olmos, “los vapores, la grasa y el humo de tabaco” han producido una capa que oscurece las pinturas, además de hacer que sean quebradizas: así, se han formado escamas. Cuando el restaurante estaba abierto, las entradas y salidas causaban “constantes cambios de temperatura y humedad”, mientras que ahora, con el inmueble abandonado, hay filtraciones y deformaciones de los muros. El estado de conservación es “muy crítico” y existen “alteraciones muy graves” que ponen en riesgo, especialmente, dos de las pinturas.

El expediente para declarar BIC los murales es el último trámite pendiente para otorgar a estas doce obras del pintor la máxima protección patrimonial por su calidad y contexto histórico. La Xunta pretende ubicarlas en el Museo de Belas Artes, y que sigan siendo públicas. El Gobierno gallego pujó por ellas en una puja abierta, además de otros tres interesados en comprarlas, si bien una de ellas, la de una galería de Vigo, se retiró.