Las matriculaciones de mujeres en Ingeniería Informática duplican a las de hace diez años

Profesionales del sector achacan el aumento de alumnado femenino en la Universidade al trabajo de concienciación y a la mayor presencia de las disciplinas tecnológicas en el día a día

Alumnos y alumnas de Ingeniería Informática, ayer en la facultad. |   // CARLOS PARDELLAS

Alumnos y alumnas de Ingeniería Informática, ayer en la facultad. | // CARLOS PARDELLAS / marta otero mayán

Variar tendencias enquistadas es una labor que requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, voluntad, pero que puede dar frutos si se persevera. En Ingeniería Informática, una de las carreras más masculinizadas del catálogo de la Universidade da Coruña, ya empiezan a verse los primeros brotes verdes de años de esfuerzos por derribar estereotipos en torno a las disciplinas tecnológicas: las matrículas de mujeres en este grado superan ya el 18%. Un escenario lejano al de una década atrás, cuando encontrar a mujeres en las aulas de informática todavía era casi buscar una aguja en un pajar. Hoy lo es menos.

“Hay que tomarlo con precaución, pero se observa una tendencia positiva. En 2010, las matriculadas en primero eran el 9%. Hoy son el 18%, el doble. No es muy elevado, pero es algo a destacar”, subraya Virginia Mato, profesora de la Facultad de Informática y directora de la Cátedra Aldaba-WIB (Women, ICT & Bussines), que la UDC constituyó, junto a la Universidade de Vigo, para potenciar el progreso de las tecnologías de comunicación e información y la participación de mujeres en su desarrollo. También en su homóloga viguesa, el trabajo ha dado frutos, con el 19% de mujeres matriculadas.

Los esfuerzos institucionales por despertar las vocaciones científicas y tecnológicas en las mujeres, propone Mato, pueden estar detrás de este mayor interés de las jóvenes por estas titulaciones. “Cada vez hay más concienciación. Ha habido mucho trabajo por parte de las universidades, las instituciones educativas, la Xunta, los ayuntamientos y la comunidad educativa para trasladar esa necesidad. Gran parte del rechazo viene por el desconocimiento de la titulación y la profesión”, reflexiona Mato.

Los estereotipos que rodeaban a las profesiones ligadas a la tecnología jugaron un papel determinante, hasta ahora, en que estos campos en particular resultasen poco atractivos para las mujeres: la visión del informático solitario y con poco contacto con la sociedad, poco verosímil pero muy extendida, hacía flaco favor a la movilización del alumnado femenino. Una perspectiva que, afortunadamente, ha ido cambiando. “Ese estereotipo de persona solitaria e introvertida está empezando a desmontarse. Esta es una profesión que encaja dentro de las cualidades de las mujeres, como cualquier otra”, defiende Mato.

La Cátedra Albaba-WIB puso a disposición de la sociedad el Barómetro de la Brecha de Género en los estudios TIC, una herramienta web gratuita (wib.aldaba.es/bbg-tic) que refleja gráficamente, y permite consultar filtrando por diferentes criterios y ámbitos temporales, la evolución de la baja representación femenina en los estudios de ingeniería TIC, en comparación con el resto de los estudios, lo que permite ponderar si las medidas para reducir la brecha están teniendo éxito o no.

La matriculación femenina en el grado de Ingeniería Informática de la UDC, desde su creación en el curso 2010/2011 hasta el curso 2020/2021, se mantuvo en cifras entre el 8% y el 13%, números muy poco alentadores. Del 9% de matriculación femenina en el curso 2020/2021 se ha pasado al 16% en el curso 2021/2022 y al 18% en el curso 2023/2024. Hasta ahora, y en contraposición a otras disciplinas tecnológicas, las matriculadas en Ingeniería Informática se habían resistido a crecer.

“En años anteriores, Ingeniería de Datos e Inteligencia Artificial ya registraban aumentos en alumnado femenino, pero Ingeniería Informática se seguía manteniendo en cifras bajas. Estamos contentas y esperanzadas con estos datos”, valora la catedrática de IA de la Universidade, Amparo Alonso. Para ella, la creciente presencia en la conversación pública alrededor de disciplinas como la IA o los datos pueden tener peso en el aumento de las matrículas de mujeres. “Cada vez está más en los medios, aunque muchas veces, la información no es positiva y se centra más en los peligros de la Inteligencia Artificial, pero en general se habla de sus aplicaciones en seguridad, biología y muchas otras áreas”, valora Alonso, que coincide en señalar los esfuerzos para despertar estas vocaciones a edades cada vez más cercanas.

Se apoya en un reciente estudio que sitúa los 8 años como edad en la que las niñas empiezan a sentirse “incompetentes” en matemáticas, pese a tener, generalmente, mejores notas que los niños. “No hay nada que haga que una mujer sea más incompetente que un hombre, pero se sienten así. La forma de educar tiene que cambiar. Es bueno que cada vez haya más iniciativas y cada vez más pronto, que mezclan niños y niñas, encaminadas a este propósito”, señala.