Juan Luis Arsuaga habla el lenguaje de la “piel cultural” en A Coruña

El paleoantropólogo abarrota la sede de Afundación con una charla sobre los mensajes de la vestimenta

Juan Luis Arsuaga, en su entrada en la sala, ayer.

Juan Luis Arsuaga, en su entrada en la sala, ayer. / CARLOS PARDELLAS

Jacobo caruncho

“Una especie que no incorpora símbolos no tiene lenguaje”. Con esta frase podría resumirse la charla ofrecida este jueves por el prestigioso paleoantropólogo, escritor y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos Juan Luis Arsuaga, que abarrotó la sede de Afundación. Bajo el título ¿El mono desnudo o vestido?, el científico se adentró en los entresijos de la mente humana y exploró las intersecciones entre la biología y la cultura a través de un análisis de esa “segunda piel cultural” que suponen la ropa y los complementos que incorporamos y hacemos formar parte de nuestro cuerpo.

“Vestirse o cortarse el pelo es un acto deliberado. Por tanto, es un lenguaje que envía un mensaje que nosotros controlamos referente a nuestra personalidad”, explicó Arsuaga en la conversación que mantuvo con el periodista gallego Diego Losada en el marco de la primera temporada de Noray de Ideas, un programa en formato podcast que nace como un instrumento de comunicación y divulgación desde la Universidade da Coruña hacia la sociedad.

¿Qué pasaría si fuésemos todos vestidos igual? “Que sería muy raro”. ¿Y si fuésemos desnudos? “No seríamos simbólicos?”. Como explicó el paleoantropólogo, por la ropa se puede identificar desde el país de procedencia de una persona hasta la religión que profesa. “Todas las sociedades son coactivas. Incluso cuando se decide que todo el mundo lleve el mismo traje, hay que preguntarse qué traje es el que se lleva”, relató el conferenciante, que defendió que las dos naturalezas del ser humano —la biológica y cultural— son “envolturas superpuestas que interaccionan, conviven y se complementan.

“¿Hasta qué punto somos presos de las convenciones?”. Arsuaga lanzó la pregunta a los asistentes para analizar que tanto la vestimenta como un simple corte de pelo son señas que apuntan hacia nuestra condición social, nuestra pertenencia a una tribu o nuestra ideología.

“Somos la única especie que tiene pelo de crecimiento permanente e indefinidamente, los chimpancés no van a la peluquería. Todos los hombres hemos decidido si nos afeitamos o no”, prosiguió Arsuaga, para tirar de humor al afirmar que aquellos que dicen que no se cuidan “son los peores”. “En realidad son los que más se cuidan”, defendió, para recordar que nuestra historia es también la historia de la “transgresión” de la moda. “El cambio de la moda es un juego divertido”, defendió el también escritor. Aunque hay una moda que prefiere olvidar: la de los pantalones de campana. “¿Qué hicimos mal? Fue una época desgraciada que tuve que sufrir con resignación”, comentó despertando las risas entre el público.

Como recordó el ponente, el ser humano siempre ha intervenido su cuerpo. “Pero ahora estamos viviendo el fenómeno interesantísimo del tatuaje, que es una moda grabada en la piel”, añadió. Una práctica con siglos de historia. Como la historia de los complementos que se ha puesto la especie humana, que se remonta hasta el Homo sapiens. “Los Homo sapiens del Paleolítico eran unos príncipes, iban decorados de arriba a bajo y reflejaban cómo se sentían”, explicó, para recordar que “siempre ha habido modelos y siempre los habrá”.

Un modelo como el que el propio Arsuaga representa en el mundo de la ciencia. “En la ciencia española necesitamos referentes y por eso estoy aquí”, aclaró, para concretar que en nuestro país se tiene una imagen de “ser científico” que no se corresponde con la realidad. “Siempre se nos vio como personas raras y yo era el capitán del equipo del colegio”, bromeó. Pero ser científico es, en realidad, ser un “rebelde”. “Un científico pone en cuestión todo el saber transmitido, es por definición un tocapelotas”, espetó, para aclarar que su trabajo consiste en ir “contra el orden establecido”.

Entre preguntas abiertas, reflexiones y risas entre los asistentes, Arsuaga defendió y definió su profesión con una de las frases célebres que soltó alguna vez en el primer día de clase a sus alumnos: “La arqueología es como las películas de Indiana Jones, toda una aventura. La ciencia es una aventura”, soltó. Aunque por mucho que Indiana Jones fuese un arqueólogo, su estética era de paleontólogo. Esta vez, la segunda piel ha dado un mensaje equívoco.