Sanar el cruceiro de las tibias y la calavera de Labañou

Rocío Barreiro dirige la restauración del monumento, que sufre erosión y del que no se conoce con exactitud el origen

Cruceiro de Labañou, con líquenes y una pintada vandálica.

Cruceiro de Labañou, con líquenes y una pintada vandálica. / Iago López

En el cruce de las calles O Pino, Canteira y José Seoane Rama, en Labañou, se yergue un cruceiro centenario, rematado por un Cristo crucificado y con un bajorrelieve con una calavera y tibias cruzadas. Reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC), está desgastado por la erosión y los líquenes y vandalizado por una pintada, y el Concello ha contratado su rehabilitación por 14.000 euros. La responsable del proyecto es la restauradora y conservadora Rocío Barreiro Lopo, que explica que por el momento está en la fase inicial del proceso, de investigación, para determinar el origen del monumento: “se cree que puede ser del siglo XVII” pero no hay confirmación.

“Hemos hecho una primera inmersión, recopilando información histórica en el Archivo del Reino de Galicia y el Municipal”, indica la experta, que cree que el cruceiro “podía pertenecer a la iglesia de San Roque de Afora”, desaparecida el siglo pasado y que “estaba hacia la costa”. “Estuvimos consultando fotos y planos, y no hay ninguna referencia o foto” del monumento, aunque “tenemos referencia por un libro de que un cofrade donó un cruceiro a esa iglesia en 1682”, aunque no se sabe si es ese. También saben que el cruceiro fue reubicado, pero no pueden determinar exactamente cuándo.

El BIC está rematado por un Cristo “crucificado con clavos, con la cabeza erguida, manos cerradas y paños de pureza”, cuyo estilo se asemeja a la corriente que Barreiro denomina como “talla popular”. También hay un “bajorrelieve muy desgastado, que casi no se ve”, de una calavera con dos tibias cruzadas bajo ella. Pese a la similitud con el escudo en A Coruña (cuya versión actual incluye una corona y los huesos tras el cráneo, aunque no todas las representaciones son así), la restauradora señala que probablemente sea un símbolo religioso, pues “existen numerosos cruceiros con calaveras que hacen referencia a la muerte de Cristo”, si bien añade que “quizás durante la investigación se sepa algo más”.

Este primer paso “llevará aproximadamente un mes”, y luego, cuando tengan los permisos de Patrimonio, empezarán una obra de rehabilitación que durará aproximadamente lo mismo. “Nuestra idea es consolidar la piedra con tratamientos de silicatos”, explica Barreiro. Es decir, en zonas en las que los granos de la roca están sueltos y hay espacios entre ellos, se introducirán materiales que ocupan estos y “refuerzan la estructura por dentro”. Si alguna parte está muy afectada por el desgaste y no puede soportar el peso que carga, “se puede hacer una restitución con piedra similar, pero que sea discernible” como diferente a la original.

Otro de los problemas es que el anclaje del capitel con el fuste, la vara de piedra que estructura el cruceiro, se realizó con unos anclajes de hierro “que se oxidaron”. Para arreglarlo habrá que desmontar el capitel en un taller, sanear y sustituir las piezas por fibra de vidrio. Los trabajos se realizarán en colaboración con el maestro cantero y escultor Santiago Besada, y el Concello indica que cuando se desmonte el crucero se clasificarán las piezas que lo integran.

Microorganismos y sales

La superficie del monumento “está erosionada”, y una de las labores del equipo de restauradores será determinar si a esto han contribuido las sales marinas, que llegan al cruceiro por su proximidad al Atlántico. “Vamos a hacer un análisis de sales” en laboratorio, y, dependiendo de los resultados, ver si es necesario dar un tratamiento para proteger el material. Estas pruebas también valdrán para determinar si la piedra puede provenir de una cantera de la zona, como las del monte de San Pedro.

Además de “eliminar la pintada vandálica” que afea la superficie, los restauradores aplicarán un tratamiento para eliminar las “plantas, musgos y líquenes” que crecen sobre la piedra, y que dan un tono anaranjado al capitel. El Ayuntamiento estima que la rehabilitación del Bien de Interés Cultural de Labañou durará unos nueve meses, sumando a la investigación y a los trabajos en sí mismos la valoración que hará la dirección xeral de Patrimonio Cultural de Galicia.