El Concello extraerá especies invasoras y creará “hoteles para insectos” en el entorno de la Torre

Enfocará sus esfuerzos en eliminar los plumachos, la siempreviva, la uña de gato y la margarita africana presentes en la zona verde

Trabajos de retirada de especies invasoras en la zona de la Torre, el pasado febrero.   | // IAGO LÓPEZ

Trabajos de retirada de especies invasoras en la zona de la Torre, el pasado febrero. | // IAGO LÓPEZ / Enrique Carballo

El documento para convertir el entorno de la Torre de Hércules en Espazo Natural de Interese Local (ENIL), una figura que otorga la Xunta para preservar la riqueza medioambiental, incluye reformar la zona verde eliminado especies invasoras de flora y fauna, al tiempo que se atrae a otras autóctonas. El Concello acometerá así una política de rozas de plantas foráneas, en particular el plumacho, la siempreviva, la uña de gato y la margarita africana, a la vez que potencia los tojales y brezales del espacio e intenta fijar especies construyendo nidos para pájaros y “hoteles para insectos”.

El plumacho, que en los últimos años se ha extendido por la comarca coruñesa, se encuentra en el entorno de la Torre “en pocos sitios, muy localizados, sobre todo en el margen derecho de la playa de Durmideiras”, por lo que “es factible su erradicación completa, a pesar de fijarse en sitios de difícil acceso”. Más extendida está la uña de gato, que se distribuye “de forma desigual por diferentes zonas próximas a los acantilados” y se concentra en los que van desde la playa de As Lapas a la Torre, con pequeñas colonias en punta Hermnia. El Ayuntamiento cuenta con eliminar esta especie “de forma manual”, con retirada d e tierra y “seguimiento posterior para el control de las raíces”.

En cuanto a la siempreviva, fue ya detectada y erradicada en 2021 al pie de la Torre, cerca de la colonia felina que está próxima a la rampa de acceso. En 2022 se detectó y eliminó otro grupo de plantas, esparcidas entre los tojales y prados cercanos al monumento. Esta especie “precisa de un control permanente dada su facilidad para reproducirse vegetativamente y enraizar”, y, al extraerla manualmente, hay que “asegurarse de que se retire del terreno cualquier resto”.

La margarita africana está ya “ampliamente distribuida” por todo el ENIL, y las siegas “favorecen su proliferación”. “Basta con ver los márgenes de las sendas llenos de margaritas mientras que en las zonas sin segar no es capaz de competir con las herbáceas autóctonas”, afirma el texto municipal, que ve imposible “contemplar su eliminación completa”. Pero la limitación de las siegas al “mínimo imprescindible”, y la retirada de plantas, confía el Concello, permitirán controlar la población.

En comparación con las especies de plantas, los animales foráneos no suponen un gran problema para la zona verde. Según el Ayuntamiento, la fauna exótica “no está presente de forma que sea un riesgo para el ENIL”, aunque ocasionalmente hay velutinas y hace años se encontraron ejemplares de pez dorado o Carassius auratus, “no detectado en las últimas inspecciones”.

El plan de conservación del ENIL incluye también realizar estudios de “fauna, flora y hábitats”, bien propios del Concello o por centros de investigación como la Universidade da Coruña. Las investigaciones, indica el Ayuntamiento, harán “especial incidencia” en seres vivos y hábitats protegidos”, así como en la lucha contra las especies invasoras.

Y otra de las líneas de trabajo será el promover la “recolonización” de este espacio verde por la “fauna local”. En paralelo con actuaciones para fomentar los tojales, brezales y charcas, se instalarán de forma temporal “comededos, refugios, nidos” que permitirán atraer animales, así como “hoteles para insectos”, esto es, estructuras que fomenten su asentamiento. También se contempla una “repoblación controlada con ejemplares de la zona”.

Establecer áreas caninas

El plan de conservación incluye restricciones a las mascotas. Con carácter general, los animales no podrán ir sueltos por el ENIL, aunque sí se permite si están cerca del dueño en las sendas y zonas que el plan considera de uso moderado. En las playas, el Ayuntamiento podrá establecer horarios y épocas del año en los que los animales podrán estar sin correa o cadena. Queda además prohibido dar de comer a la fauna salvaje y doméstica.

En la evaluación de riesgos, el plan de conservación señala que “es muy frecuente encontrar perros sueltos por las praderas” del espacio, que pueden “causar molestias y daños a la fauna local”. El texto indica que, cuando se imponen restricciones, hay que “aportar propuestas de soluciones alternativas”, así que afirma que “se realizará un estudio de posibles localizaciones para la creación de áreas caninas”. Estas estarán situadas “en la periferia exterior inmediata al ENIL”, es decir, fuera de la propia zona verde. Su creación se establecerá “de modo participativo y consensuado con las personas y colectivos que frecuentan la zona con sus mascotas”, promete el Ayuntamiento.

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