Entrevista | Julio del Valle Director general para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas LGTBI

“Mucha gente se ve obligada a volver al armario cuando llega a un nuevo trabajo”

“Con la ley de 2005 acusaban de pederastas a los homosexuales que querían adoptar. Esos augurios no se han cumplido, y ahora, con la ley LGBTI del año pasado, tampoco”

Julio del Valle.   | // LOC

Julio del Valle. | // LOC / marta otero mayán

El director general para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas LGBTI, Julio del Valle, participa hoy en un Encuentro sobre políticas en materia de igualdad y diversidad, en el marco del festival Corufest. Será en la Casa Museo Casares Quiroga a las 19.00 horas.

La impresión es que España está a la cabeza de los derechos LGBTI. ¿Cuál es la panorama?

Como país estamos en una buena posición. El 17 de mayo es el día contra la LGBTIfobia, celebramos la despatologización de la homosexualidad como una enfermedad que hizo la OMS en los 90. En perspectiva de meses quizás no ha habido muchos avances, pero si lo miramos en años, ha habido avances en derechos notables. Hace 45 años se derogó la ley de Escándalo Público y de Peligrosidad Social que hacía que las personas LGBTI por serlo o manifestarlo acabasen en la cárcel. Las luchas hay que verlas con la perspectiva del tiempo. Hay ministros, directivos, cantantes, personas del mundo del espectáculo o escritores LGBTI visibles. Ahí está el avance de nuestra sociedad. Lo más importante este tiempo fue la aprobación de la ley LGBTI del pasado año, sobre todo porque construye políticas públicas en favor de las personas LGBTI. Vemos también con distancia lo que hacen algunas Comunidades autónomas, especialmente Madrid, derogando las leyes que el partido popular aprobó en su día. El avance ha sido brutal, tanto para las personas LGBT como para la sociedad, que se enorgullece de que España sea un país de referencia.

undefined

¿Quedan retos en materia legislativa o de políticas públicas?

La ley marco, ahora mismo necesita desarrollo, que es en lo que estamos trabajando. Hay un diálogo social entre sindicatos y funcionarios para tener planes de igualdad en las empresas, que para nosotros es un objetivo que tenemos que sacar ya, por mandato de la propia ley, porque hay ámbitos en los que todavía hay oscuridad en torno a las personas LGBT, o en los que las personas LGBT todavía se protegen. Uno es el mercado de trabajo, hay muchas personas que vuelven a los armarios cuando se enfrentan a un nuevo puesto de trabajo, o el deportivo, que hay una LGBTfobia en la profesionalización de algunos deportes concretos, todos tenemos el fútbol en la cabeza, donde hay que trabajar más para hacerlos espacios seguros para las personas LGBT. El ámbito educativo es otro; proteger a los niños y niñas LGBT en los colegios frente al bullying o al acoso es otro reto. Cuando se aprueba una ley tan ambiciosa como la del año pasado, parece que todo el colectivo respira. Ahora el tema es aterrizar todos esos mandatos legislativos y esas medidas concretas para que pasen cosas. Toda la LGBTfobia que tenemos de delitos de odio o discursos de odio han aumentado mucho de un año a otro. Vivimos en una sociedad muy tolerante, pero en la que estos actos de odio se siguen produciendo. A veces con resultados terribles, como lo que pasó en A Coruña. El sexilio, es decir, las personas que se van a ciudades porque encuentran entornos asfixiantes en el medio rural es otro de nuestros frentes.

Habla de la ley LBGT aprobada el año pasado, conocida como ley trans. Suscitó muchas fricciones entre los socios, achacables algunas a una intención de capitalizar la lucha en el espacio. ¿Estamos en un momento más calmado?

Estamos en un modelo de coalición igual que estábamos en la legislatura anterior. Cada socio tenía una opinión sobre cómo debía salir la legislación, pero todos acabamos apoyando la ley. Yo era diputado y voté la ley, la seguí desde muy dentro, en el Congreso. Se hizo una ley con acuerdo de todos los colectivos; quizá podría haber sido más ambiciosa, seguramente sí. Creemos que la legislación tiene que perdurar, nadie se cierra a que pueda haber un cambio en la ley dentro de una serie de años, pero ahora estamos en un momento de aterrizaje de todas esas medidas, y creo que los colectivos exigen eso. Tenemos una gran ley, que tiene que ser visible en las acciones que hace el Gobierno día a día. Es la primera vez que hay una ley que marca que en todas las empresas de más de 50 trabajadores, tenga que haber un plan de Diversidad. Es muy importante, porque hay un montón dentro del territorio, y son espacios en los que todos pasamos muchas horas al día. Tienen que ser entornos seguros para las personas LGBTI. Si conseguimos eso, habremos conseguido mucho.

Cuando se aprobó la ley, hubo cierta reacción social. Se lanzaban augurios sobre efectos indeseados de facilitar el cambio de género registral. Un año después, ninguno se ha cumplido.

Casi siempre que la derecha mediática o del Congreso hace un augurio, sale exactamente lo contrario. Los que somos algo más mayores lo vivimos con la ley del 2005. Prácticamente acusaban a los homosexuales que querían adoptar niños, de pederastas. Burradas hemos escuchado muchas, que jamás se han cumplido. Lo que sí se ha cumplido es que las personas que asumen sus derechos son plenamente felices, o más felices que antes de la aprobación de las leyes. La gente que se ha querido casar se ha podido casar, los que han querido adoptar, han podido. En el año 2005, los augurios hablaban de violaciones masivas de niños adoptados. No se ha cumplido en ningún caso, con la ley del año pasado, tampoco. La derecha siempre ha tenido este problema con las personas diversas. Se les señala, se les apunta con el dedo a todo lo que no sea normativo. En este caso, pasó lo mismo. Hay personas que han querido cambiar el sexo porque se corresponde más a su identidad, y lo están haciendo con normalidad. Es verdad que todo se tiene que acoplar a esa nueva realidad, y ya está. También se dijo que iba a haber violaciones en vestuarios de mujeres, que iban a mutilar niños... barbaridades que no repito porque me parecen tal burrada que no sé cómo en determinado momento alguien fue capaz de decirlas.

Los últimos datos del Ministerio de Interior detectan un aumento en las agresiones LGTBófobas que se denuncian. ¿La gente denuncia más que antes o lo achacan a un aumento de discursos de odio?

Hay varios componentes. La gente se atreve más a denunciar, hay mejores canales de denuncia, hay más formación de la policía para que conste en las actas de denuncia que la agresión tiene un componente LGBTófobo, de todo eso hay mucho. También, la polarización de la sociedad, que marca la extrema derecha, lleva a que pasen estas cosas. Insultar desde una tribuna pública lleva a que puedan suceder agresiones en la calle. Son multicausales estas situaciones, pasa lo mismo con las agresiones racistas. Estamos impulsando un pacto contra los discursos de odio, que va a tener que ver con el racismo, la gordofobia, la discapacidad, la LGBTfobia y con todas las personas no normativas que sufren los discursos de odio.

Suscríbete para seguir leyendo