El riesgo de los trabajadores temporales a sufrir un accidente laboral duplica al de los fijos

Pese a que son menos del 19% de los asalariados coruñeses, en 2022 supusieron un tercio de los accidentes con baja y la mitad de las muertes en el trabajo

Sindicatos y expertos resaltan la falta de formación de los eventuales

Trabajos de soldadura en un buque pesquero de A Coruña.   | // JUAN VARELA

Trabajos de soldadura en un buque pesquero de A Coruña. | // JUAN VARELA / Enrique Carballo

Los trabajos eventuales no solo generan más inestabilidad laboral: también son más peligrosos. En A Coruña, de acuerdo con los datos más recientes del Observatorio Urbano, los empleados de la ciudad con contrato temporal sufrieron 1.065 accidentes con baja temporal frente a 2.132 de los indefinidos, pero los primeros suponen menos del 19% de los asalariados. Poniendo los datos en relación con el número de empleados, los temporales tienen más del doble de posibilidades de tener un accidente laboral. Si es grave, la probabilidad es más de siete veces mayor, y en el caso de los accidentes mortales, la tasa es el cuádruple: a lo largo del año murieron tres trabajadores temporales y otros tres indefinidos, pese a la disparidad de trabajadores. Aunque la Xunta pide “no relacionar” temporalidad y accidentes, sindicatos y expertos coinciden en que la mayor siniestralidad en la contratación temporal se debe a la menor formación.

El secretario general de UGT en A Coruña, Ángel Iglesias, señala que la “falta de formación y experiencia” se ve sobre todo en “subcontratas de empresas auxiliares de industria y de construcción”, con empleados que desempeñan tareas que si se realizasen en la compañía principal “contarían con mayor vigilancia de la seguridad y salud laboral”. Convertir a los empleados temporales que son contratados “cíclicamente” en fijos discontinuos, cree Iglesias, sería una medida positiva.

Las cifras de siniestralidad, para UGT, son “inaceptables”, y el sindicato indica que en la mesa de diálogo social con el Gobierno está exigiendo actualizar la Ley de Prevención. Entre sus peticiones están más medios para la Inspección de Trabajo, permitir que los efectivos policiales sean “colaboradores” de ella y crear “una figura similar a la del delegado Territorial de Prevención de Riesgos Laborales a nivel estatal”.

La CIG también considera que la falta de formación es “determinante”, según el secretario de Acción Sindical del sindicato en A Coruña, Ernesto López Rei, en especial en puestos con manejo de máquinas con “altos requerimientos”. Así, los sectores “más afectados” por los siniestros son los que tienen maquinaria o condiciones peligrosas, “tradicionalmente el metal y la construcción”.

Según explica López, la incidencia de todo tipo de accidentes “es muy superior cuando se habla de plantilla nueva o con poca antigüedad”. Además de la falta de experiencia, la eventualidad lleva a que los trabajadores “ejerzan menos presión a la hora de reclamar derechos laborales y condiciones de trabajo seguras”, y a una “excesiva rotación en los distintos puestos de trabajo”.

El secretario comarcal de Comisiones Obreras en A Coruña, José Cristóbal González, añade a la falta de formación en prevención y experiencia que “se usa a los eventuales para los trabajos de baja cualificación que nadie quiere hacer”. Para González, la presión de los empleadores sobre los trabajadores temporales hace que “se descuide” el uso de material de protección y otras medidas de prevención, al tiempo que los empleados recién llegados a una empresa tienen “escasa afiliación sindical” y “falta de conocimiento de sus derechos y recursos”.

A nivel de provincia, indican desde Comisiones Obreras, en torno al 53% de los accidentes se dan en el sector servicios, que concentra a la mayoría de los trabajadores, y otro 23% en industria; entre los problemas del primero menciona las “prolongaciones de jornada excesivas, muchas de ellas sin contrato y sin remunerar”. El sindicato critica que haya empresas que “no quieran invertir en prevención” y la existencia de “puestos con elevadas cargas de trabajo y altos ritmos”. González añade que “mientras las empresas no entiendan la prevención como algo beneficioso para la propia empresa, estaremos siempre en esta pelea”.

La Consellería de Emprego, Comercio e Emigración señala que la mayor siniestralidad en los contratos temporales se da en toda Galicia, de acuerdo con datos del Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral, pero consideran que “no hay una causa directa que se pueda relacionar con esta disparidad”. Si bien desde el Gobierno gallego puntualizan que el grado de experiencia en el trabajo “puede influir” en la probabilidad de accidentes, también matizan que estos pueden venir del “exceso de confianza” .

Pero la Xunta afirma, al contrario que los sindicatos, que “no debe asociarse directamente la temporalidad con la precariedad o con el incumplimiento de las obligaciones en materia de seguridad y salud laboral”. En todos los centros de trabajo, señala Emprego, hay que tener protocolos de prevención de riesgos, y si empresas y trabajadores cumplen sus obligaciones “la probabilidad de siniestralidad laboral sería la misma”.

Problema de educación básica

Y el ingeniero industrial José María Rivas, experto en riesgos del trabajo y profesor en la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidade da Coruña (UDC), considera que para reducir los accidentes hay que ir a la educación básica. Señala que la mayor prevalencia de accidentes en los trabajadores temporales “es normal” porque “si te falta formación o experiencia lo lógico es que cometas errores”, y critica que casi tres décadas después de la Ley de Prevención de 1995 “seguimos en niveles relativamente altos de siniestralidad”.

Pero considera que esto se debe en gran medida a un problema cultural, pues “si comparas con trabajadores de otros países europeos, ellos trabajan de manera metódica, según procedimientos. En España “la gente asume riesgos, improvisa, lo vemos como normal y nos creemos superiores a personas de otros países más cuadriculadas”.

Para cambiarlo, cree, hay que educar desde los colegios para conseguir hacer “interiorizar” a los jóvenes que “nadie tiene que asumir riesgos personales” en su trabajo. “Con lo que nunca se va a mejorar es con medidas coercitivas”, indica Rivas, que considera que el problema de base no va “ligado a que los empresarios inviertan más en seguridad”. Aunque considera que “esto ayuda”, el problema está “en la mente de los trabajadores”. Que, según insiste Rivas, deben “tener claro que el trabajo se debe hacer en base a un procedimiento” y que a su puesto “se va a trabajar, no a enfermar”.

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